El seguro médico para viajar es una de esas cosas que muchas veces, durante la planificación de un viaje, dejamos en el limbo o que, al menos, dudamos seriamente en contratarlo o no.
Sin embargo, con la experiencia, uno comprende que es un aspecto fundamental, un indispensable en cualquier viaje.
He de decir que en ninguno de mis viajes he tenido que recurrir a él, porque afortunadamente nunca he sufrido ningún percance de salud, más allá de un pequeño resfriado y cosas similares de muy poca importancia.
Actualización 2019: Cuando escribí este post, nunca había necesitado recurrir a mi seguro de viajes pero, tanto va el cántaro a la fuente... alguna vez me tenía que tocar ir al médico en un viaje jeje. Afortunadamente, como siempre, tenía mi seguro de viaje con cobertura médica y no tuve que preocuparme por nada. Si ya lo recomendaba antes, ¡ahora más todavía!
A pesar de ello, siempre que emprendo un nuevo viaje sigo contratando un seguro médico. Una y otra vez, destino parte de mi dinero a algo que espero no tener que utilizar nunca. ¿Es masoquismo? No. Es sentido común.
Porqué es importante el seguro médico para viajar
Puede que sea una persona algo filosófica y muy reflexiva, pero, la verdad, es que no soy una persona espiritual. A pesar de ello, sí que tengo una "tremenda fe" en algo: La Ley de Murphy.
La ley de Murphy está esperando agazapada hasta que tú te relajes y digas “¡Buah!, yo creo que no me hace falta seguro médico”, para que la entropía termine por hacer que te partas una pierna, pilles una diarrea del copón o te ataquen todas las medusas de esa playa caribeña en la que planeas relajarte al más puro estilo Jesús Gil.
Sí amig@. La vida a veces es así de cabroncilla. Sin embargo, está en tu mano que esa ley con tan malaleche no te pille desprevenido.

No vale lamentarse después...
Bromas aparte, lo cierto es que estemos en casa o recorriendo el mundo, nunca estamos exentos de enfermar o de sufrir algún accidente. La diferencia es que, mientras que aquí disfrutamos (con largas esperas, pero la disfrutamos) de nuestra Seguridad Social, en el extranjero estamos "desamparados" (económicamente).
Si carecemos de seguro médico nos tocará pagar de nuestro bolsillo cualquier consulta, tratamiento o intervención. Aunque en algunos países la atención médica resulta relativamente barata para nosotros, en otros por lo más mínimo te meten un sablazo.
Por supuesto, el desembolso de dinero necesario también depende en gran medida del problema de salud que hayamos tenido. No es lo mismo ir a una consulta médica en el extranjero por una pequeña reacción alérgica, que tener apendicitis y necesitar no solo una intervención quirúrgica sino también unos días de hospitalización y atención postoperatoria.
Pero, sea lo que sea que nos ocurra, el sistema sanitario del país en cuestión no se va a apiadar de nosotros, y si no contamos con un seguro médico que se haga cargo, nos tocará hacer frente a la factura correspondiente.
Los beneficios olvidados del seguro médico para viajar
Vale, lo de contratar un seguro médico para recibir asistencia médica sin arruinarnos lo tenemos más o menos claro, pero, ¿qué pasa con otros aspectos tan o más importantes en relación a nuestra salud, bienestar e integridad?
Por ejemplo, aceptamos que la posibilidad de sufrir un accidente y requerir hospitalización existe, pero, en el caso de darse, ¿no nos gustaría estar acompañados? ¿sentirnos arropados por quienes nos quieren? ¿o que nuestra familia no tenga que estar en vilo a miles de kilómetros de nosotros?
Pues ese es otro de los aspectos importantísimos que un seguro médico para viajar nos ofrece y que, sin embargo, muchas veces pasamos por alto y no lo tenemos en cuenta como punto positivo para convencernos a la hora de contratarlo.
Aunque varía de un seguro a otro, muchos incluyen el transporte, alojamiento y manutención de un familiar en caso de un problema de salud grave que conlleve la hospitalización del asegurado.
Del mismo modo, el seguro médico también puede proporcionarte la posibilidad de ser repatriado a tu país de origen en un medio de transporte medicalizado si fuese necesario, corriendo con todos los gastos asociados, que no son pocos.
Por otro lado, a menudo olvidamos que las catástrofes y desgracias ocurren a diario. No solo a turistas que se adentran en lugares potencialmente peligrosos, sino en nuestra propia ciudad, pueblo e incluso barriada, aunque seamos las personas más precavidas de la historia.
Nos guste o no, además de la ley de Murphy, la muerte también es una gran acechadora, y nunca sabemos cuándo nos toca estirar la pata. Si nuestra hora nos llega en un país extranjero, la movida que le dejamos a nuestra familia si no tenemos seguro médico es impepinable.
Además del enorme disgusto, nuestros familiares tendrían que encargarse de todo el papeleo, tal vez en un idioma diferente, de los gastos que conlleva viajar hasta el país en cuestión y, mucho peor, del dineral que supone repatriar un cadáver.
Sin embargo, al contratar un seguro de viajes adecuado podemos obtener el beneficio que precisamente le facilitará a nuestra familia toda la gestión y el coste de un posible deceso, asegurándonos además de que cuenten con el asesoramiento de profesionales en la materia que hagan que la desgracia sea al menos más llevadera.
¿Y qué pasa en Europa?
Todos conocemos la famosa Tarjeta Sanitaria Europea, que antaño te cubría hasta dos años completos de atención sanitaria en cualquiera de los países de la Unión Europea, pero que hoy no regala un día extra ni por asomo (especialmente en el caso de los desempleados).
En cualquier caso, esta tarjeta nos permite ser atendidos sin tener que pagarlo de nuestro bolsillo en caso de tener algún problema de salud mientras viajamos por Europa. Sin embargo, hace aproximadamente un año ocurrió algo que a mí personalmente me hizo replantearme seriamente si, el hecho de tener dicha tarjeta nos libra de tener que contratar un seguro de viajes.
Me refiero a la desafortunada muerte de una chica española durante el terremoto que tuvo lugar el verano pasado en Italia.
Probablemente te suene porque fue bastante sonado el hecho de que el Gobierno no asumiese la repatriación del cadáver de la muchacha, con lo que todos los gastos debían correr a cargo de su familia.
Tristemente el caso de esa chica da respuesta al replanteamiento que mencionaba: No, tener la tarjeta sanitaria europea no nos libra de tener que contratar un seguro de viajes.
Todo dependerá de si contamos con otro tipo de seguros, como por ejemplo un seguro de vida, que cubra eventos tan dramáticos como una repatriación. Si no, debemos tener claro que la tarjeta sanitaria europea tan solo nos cubre la atención médica, y no gastos asociados como el desplazamiento de un familiar para acompañarnos en el hospital y demás.
¿Y por qué nos cuesta tanto decidir si contratar un seguro médico para viajar?
Pues, en mi opinión, creo que el mayor problema radica en que es probable y afortunadamente algo que no utilizaremos (o esperamos no utilizar), y eso de pagar por algo que posiblemente no vamos a gastar, hablando mal y pronto, nos jode. Sí, así es. Nos pica el bolsillo y no queremos “gastar por gastar”.
Tal vez la primera vez pagas un seguro de viajes, que incluye cobertura médica, y no lo usas ni lo más mínimo durante tu viaje. Y, como somos así de melones, en lugar de alegrarnos por haber podido disfrutar de nuestro viaje a tope de salud, nos quedamos con esa sensación de “Ains, si es que no tenía que haberlo contratado” o “Uff, que desperdicio de dinero gastado para nada”.
Pero lo cierto es que contratar un seguro médico para viajar nunca es “gastar por gastar”. Es prevenir, que siempre es mucho mejor que curar.
Mi consejo es que no te relajes ni te confíes. ¡Ojo! que con esto tampoco quiero meterte el miedo en el cuerpo.
Si bien es cierto que, viajando con dos dedos de frente, el mundo es mucho más seguro de lo que nos lo pintan, nunca estamos libres al 100% de sufrir un percance de salud.
Para no arruinarnos y ni lamentarnos a posteriori, lo mejor es viajar sobre seguro, con la tranquilidad de que, pase lo que pase, tenemos un recurso que nos asesorará y que correrá con los gastos necesarios.
¿Alguna recomendación sobre algún seguro de viajes con cobertura médica en concreto?
Pues sí. En mi último viaje contraté mi seguro con IATI, una correduría de seguros española que se ha ganado a gran parte de los viajeros de nuestro país por su buen hacer y sus precios razonables.
De hecho, hace unos meses tuve la oportunidad de conocer en persona y charlar un rato con Alfonso Calzado, director general de la empresa, y puedo decir que, si algo me cautivó, es que detrás del nombre de IATI hay personas que se preocupan de verdad por la salud de sus clientes.
De hecho, fue ese encuentro, en la presentación oficial de la asociación de travel bloggers de la Comunidad Valenciana, el que me convenció para contratar mi seguro de viajes con IATI, en lugar de con WorldNomads, que era la compañía que estaba usando hasta la fecha.
Si quieres contratar tu seguro de viajes con IATI, pinchando en el banner que encontrarás a continuación obtendrás un 5% de descuento en el precio de cualquiera de sus seguros para viajeros.
Si prefieres otra compañía, está bien, pero en cualquier caso te recomiendo mucho mucho muchísimo que no emprendas tu aventura sin un buen seguro de viajes. ¡Recuerda que más vale prevenir que curar y que la ley de Murphy siempre nos está acechando!