La Costa Blanca es un hervidero de pueblos con encanto y playas de ensueño, y la playa de la Granadella es un ejemplo de ella.
Rodeada de un precioso entorno natural, esta playa casi virgen del término municipal de Jávea ofrece un espacio ideal para relajarse, desconectar, pegarse un buen chapuzón o hacer un poquito de snorkel, entre otros.
La Playa de la Granadella

Llamada indistintamente playa de la Granadella o Cala Granadella, se encuentra inmersa en el parque forestal del mismo nombre, el cual cuenta con 750 hectáreas de extensión.
Desafortunadamente, en septiembre de 2016 esta zona de Jávea sufrió un devastador incendio que afectó considerablemente al paraje natural de La Granadella.
Aunque actualmente aún se pueden ver las secuelas de dicho incendio, con algunos rodales claramente calcinados y las laderas de las montañas desnudas, la zona parece estar recuperándose y reverdeciendo bien, pero lentamente.

Es posible recorrer el Parque Forestal de La Granadella a pie realizando el sendero PR CV-354, y disfrutar de unas vistas fabulosas y varios puntos de interés histórico y cultural.
Volviendo a la joya costera de este espacio natural, la cala de la Granadella ofrece a sus visitantes un lugar perfecto para disfrutar del mar.
Se trata de una playa no muy larga, pero bastante ancha, de canto rodado con aguas cristalinas y reflejos turquesa que a mí tanto me atraen.
Esos reflejos en este caso son fruto de los bancales de arena que se alternan con las rocas en el fondo marino a medida que nos adentramos hacia el mar.
Aunque desde 1989, gracias a la calidad de sus aguas y sus buenas infraestructuras, esta playa luce con orgullo el galardón de Bandera Azul, he de decir que durante mi visita me encontré con alguna que otra cochinada en el agua, como, por ejemplo, varios plásticos.
Así que, por favor, si vienes a este paraíso, ¡no dejes atrás tu basura! – Gracias –

A pesar de ello, el agua estaba transparente, con algunas algas pero nada exagerado, y la temperatura era perfecta.
Además, como la cala está rodeada por preciosas montañas, queda protegida y no hay grandes corrientes u oleaje.
Puesto que se trata de una playa rocosa, es muy recomendable llevarse escarpines, cangrejeras o, como le decimos en Gran Canaria, unas cholas de calamar o calamares.
Cómo llegar a la playa de la Granadella
Tal y como comentaba al inicio, esta cala pertenece a Jávea, por lo que toca dirigirse hasta esta localidad. Si vas en coche, la Carretera de la Granadella es la que te llevará hasta la playa, y encontrarás indicaciones en el camino, por lo que no es difícil llegar hasta ella.
La carretera en cuestión es algo estrecha en algunos tramos finales y hace bastante zigzag, aunque las vistas durante el recorrido final son espectaculares.
Para aparcar hay varios terraplenes, que tienen toda la pinta de estar masificados a las horas punta. Nosotros llegamos por la tarde y estaba bastante lleno, pero conseguimos un sitio. Si vas a ir por la mañana, lo mejor será llegar tempranito.
Alternativamente puedes ir en autobús, que sale cada 25 minutos desde el parking de la zona verde de la Carretera de la Guardia (C/ Parpallo).
Eso sí, son microbuses pequeños, y la cola de gente esperando al final de la tarde era inmensa. Así que te recomiendo que si quieres ir en bus también evites las horas punta, tanto a la ida como a la vuelta.
Cabe destacar que, debido a una afluencia creciente de visitantes, el acceso de vehículos motorizados a la playa de la Granadella está restringido en temporada alta.
Así, a la altura del cruce de la Carretera Granadella con C/ Teuladí y Verderol se ha instalado una barrera controlada.
Si te la encuentras bajada significa que ya hay demasiados coches, y no te quedará otra que tomar el autobús. De nuevo, para evitarlo, durante el verano lo mejor es visitar la cala fuera de las horas de mayor afluencia.

Zona de parking en los alrededores de la playa de la Granadella
Servicios de la playa de la Granadella
Esta playa cuenta con unos excelentes servicios e infraestructuras, por lo que es perfecta incluso para familias con niños.
Cuenta con servicio de vigilancia marítima, puesto sanitario, aseos, duchas (gratuita para los pies, de pago para cuerpo entero...) y ofrece posibilidad de alquiler de tumbonas y sombrillas.
Además, en los alrededores hay algunos restaurantes para comer o tomar un helado.
También es posible alquilar kayaks y piraguas.