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Turismo responsable: el dilema del viajero amante de los animales

Existe un dilema que estruja el corazón de los viajeros amantes de los animales que quieren practicar un turismo responsable.

Por turista responsable se entiende aquella persona que no sólo respeta el lugar que visita, sino que no contribuye con prácticas ilegales e inmorales, en este caso para con los animales.

Este tipo de turista, por lo tanto, tratará de evitar a toda costa actividades y espectáculos turísticos que incurran en el maltrato animal, ya sea por la actividad en sí misma, las condiciones en las que se mantienen a los animales o por la procedencia de los mismos, entre otros.

Sin embargo, en muchas ocasiones la línea que separa lo incorrecto de lo correcto es demasiado delgada, casi invisible.

De ahí que haya que esmerarse a conciencia para practicar siempre turismo responsable, pues no siempre es fácil detectar, antes de vernos implicados, el maltrato o la explotación animal.

¿Por qué muchas veces no nos percatamos de las malas prácticas con los animales?

El hecho de que a veces sea complicado detectar esas malas prácticas con los animales no es casual. No es que nosotros estemos totalmente ciegos.

Lo que ocurre es que, generalmente, las atracciones turísticas que incluyen animales y que no respetan su bienestar maquillan hasta la saciedad la realidad.

Así, en los anuncios de estos lugares a menudo se nos muestran escenas idílicas de animales en un espacio abierto, casi en estado salvaje, o con un excelente aspecto; cuando la situación real incluye jaulas, sedantes, cadenas e incluso condiciones insalubres.

Si viajas a Tailandia, por ejemplo, seguramente en algún momento te toparás con algún cartel publicitario de los famosos Tiger Kingdom, en los que siempre sale una familia feliz o una chica guapa y sonriente acompañada de un precioso, saludable y tranquilo tigre. Como decía, muy idílico todo.

Por otro lado, puede ocurrir que, habiéndonos informado a conciencia sobre el buen hacer de una organización animal, con un trasfondo educativo y divulgativo, una vez en el sitio veamos cosas que no nos gusten en absoluto.

A todo ello hay que sumarle que, en este conflicto interno del turista responsable, con frecuencia uno tiene que batallar con varias tentaciones y comportamientos inadecuados fruto de la emoción y el entusiasmo.

Ejemplos de ello son el querer interactuar con animales salvajes como si fueran mascotas, o el acoso en busca de la imagen perfecta.

Ciertamente, a veces es difícil combatir esas tentaciones y, probablemente todos y cada uno de los amantes de los animales, incluyéndome a mí misma, hemos cometido estos fallos en algún que otro momento.

Sin embargo, si realmente queremos practicar turismo responsable, tendremos que intentar no dejarnos llevar por esas tentaciones, por mucho que molen.

Para ser justos, cabe decir que el contacto con animales salvajes no siempre tiene que implicar un gran perjuicio o un impacto irreparable. De hecho, muchas especies, toman la iniciativa en el acercamiento a las personas, muchas veces por mera curiosidad; otras incluso han establecido interacciones de comensalismo con los humanos, como ocurre en Tin Can Bay, Australia.

turismo responsable delfines

En Tin Can Bay los delfines llevan años acercándose voluntariamente a la costa e interactuando con los humanos. El origen de este comportamiento se originó con los pescadores de la zona. Actualmente es una atracción turística, pero nadie toca, sujeta o retiene a los delfines. Vienen si quieren y cuando quieren, y se marchan voluntariamente cuando consideran.

Así que, en gran medida, lo dañino de ese contacto con la fauna salvaje dependerá de cómo, en qué medida y circunstancias, y con qué animal estemos interactuando.

En el caso de los centros de rescate y santuarios, también dependerá de si se trata de un animal que no puede retornar a su medio natural o si puede ser reintroducido.

Por otro lado, hay especies que se estresan notablemente con nuestra presencia, aún más si los agarramos y toqueteamos. Ocurre por ejemplo con muchas especies de aves y con algunos roedores.

Otros animales, como los camaleones, si a menudo parecen no inmutarse, son extremadamente sensibles a muchos químicos presentes en cremas, protectores solares y similares. Así, si los tocamos con unas manos recién hidratadas les podremos ocasionar un daño irreparable.

¿Qué puedo hacer para poner en práctica el turismo responsable con los animales?

En el plano individual, la clave está en informarse, no tocar sin conocer y en identificar cuándo nos estamos pasando de la raya y parar inmediatamente.

Sobra decir que la situación óptima sería mentalizarnos para nunca caer en esas tentaciones (tocar, alimentar, agarrar, acosar…) y anteponer sin miramientos el bienestar animal a nuestros intereses turísticos.

Turismo responsable con la fauna salvaje

Concretamente en el caso de la fauna salvaje, lo mejor es dedicarnos a observar a una distancia prudencial y disfrutar del momento. Si por el motivo que sea un animal salvaje, e inofensivo claro, se nos acerca a curiosearnos, es mejor dejarlo a su aire, sin forzar el contacto o alargar la experiencia ofreciéndole comida o sujetándolo.

turismo responsable canguro

Los canguros, a diferencia de los ualabíes, son muy sociables y están acostumbrados al ser humano. Tal es así que no es raro que se acerquen, interactuen y que estén totalmente tranquilos ante nuestra presencia. Con este canguro pasamos un buen rato contemplando el amanecer, no nos tocamos ni nos achuchamos, pero el momento fue igual de especial aun respetando la distancia que él había marcado.

Si el animal se muestra nervioso o perturbado, lo mejor será marcharnos y dejarlo tranquilo. Esto `puede ser especialmente importante cuando hay crías de por medio, por ejemplo, pues la madre se encontrará en una situación mucho más vulnerable y es posible que sufra un mayor estrés con nosotros cerca.

Turismo responsable en atracciones que involucran animales

En lo que a las atracciones turísticas que involucran animales se refiere, para no contribuir con prácticas perjudiciales será fundamental informarnos sobre los sitios que vamos a visitar.

Para ello, es bueno tratar de leer tantas experiencias de otros viajeros como nos sea posible, ya que a través de ellas podremos detectar fraudes, maltratos e incluso aspectos oscuros en actividades aparentemente inocuas.

Blogs de viaje, foros, plataformas como Tripadvisor, etc., son lugares en los que podremos encontrar opiniones y revisiones de otros viajeros.​

Para disfrutar de un turismo responsable, además de conocer las experiencias de otros, también tendremos que ser críticos. Es decir, ser capaces de evaluar por nosotros mismos si se está cometiendo una irresponsabilidad o algún tipo de maltrato a los animales de una determinada actividad.

Del mismo modo, y para contribuir a terminar con prácticas ilegales y poco éticas para con los animales, en el caso de experimentar en primera persona cualquier atentado contra el bienestar de los mismos, debemos darlo a conocer.

Corre la voz, promueve el turismo responsable

Si realmente somos partidarios del turismo responsable, será importante contarlo, no solo a nuestro entorno más próximo, sino a todos los viajeros potenciales que podamos. Redes sociales, blogs, foros…hoy tenemos muchas herramientas para hacerlo fácilmente.

De hecho, te animo a que, si desafortunadamente ya has vivido alguna de esas experiencias, redactes un pequeño texto u opinión y la envíes a esta web. Estaré encantada de publicarla y ayudarte así a llegar al máximo de personas posibles y contribuir con tu experiencia al declive de ese tipo de actividades.

Si no hay demanda, se acaba la oferta. Así que es importante avisar a otros para que no acudan esos sitios éticamente cuestionables en lo que al bienestar animal se refiere.

Si quieres denunciar alguna práctica negativa que involucre animales y que hayas experimentado en tus viajes, envíanos un texto explicativo sobre ello a info@travelmesoftly.com.

También puedes recomendar aquellas actividades en las que hayas podido comprobar que se antepone el bienestar animal a otro tipo de intereses y en los que se ejerzan, por ejemplo, tareas de concienciación de la población para la protección de la fauna.

Si lo deseas puedes adjuntar imágenes, vídeos o cualquier material que, junto a tu testimonio, sirva para ilustrar tu experiencia.

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1 comentario en “Turismo responsable: el dilema del viajero amante de los animales”

  1. Un artículo fantástico y, lamentablemente, muy necesario. Aún hay muchos turistas que no están concienciados y en sus viajes se comportan de forma irresponsable con los animales que ven y los espacios naturales que visitan. Muchos de esos tampoco se paran a pensar si tal o cual actividad vulnera los derechos de los animales.

    Como amante de los animales y la naturaleza, muchas gracias por molestarte en escribir toda esta información y aportar tu granito de arena, de verdad.

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