Como ya conté en otra ocasión, llegamos a Kanchanaburi de forma no premeditada. De hecho, hasta el último minuto no entraba en nuestros planes y, sinceramente, desconocía todo lo que "escondía" esta ciudad y sus alrededores.
Uno de los mejores lugares que pudimos visitar en Kanchanaburi fue el Parque Nacional de Erawan, muchas veces llamado simplemente Erawan Falls o Erawan Waterfalls, en referencia a las preciosas cascadas que dan nombre al parque.
El Parque Nacional de Erawan

Este parque nacional tailandés fue fundado en el año 1975. Se encuentra en el oeste del país, a poco más de 200 kilómetros de Bangkok y a unos 60 kilómetros del centro de Kanchanaburi.
El entorno del parque es una verdadera joya para los amantes de la naturaleza. Se mire a donde se mire, los ojos no dejan de toparse con masas frondosas de vegetación, que consiste en su mayoría en bosques caducifolios mixtos.
Además de sus fantásticos bosques, el parque nacional de Erawan tiene muchos otros atractivos naturales. Entre todos ellos, la atracción estrella, sin lugar a dudas, son las cataratas de Erawan.
Erawan Falls, una verdadera joya natural en Kanchanaburi
Generalmente, si hablamos de cascadas se nos viene a la mente un majestuoso salto de agua desde lo alto de una montaña o un desnivel.
Las Erawan Falls carecen de esa impresión de grandeza y fuerza que pueden causar cataratas tan conocidas como las del Niágara en Canadá/Estados Unidos o las del Iguazú en Argentina/Brasil. No son esa inmensa caída de agua que nos imaginamos al pensar en las palabras cascada o catarata.
Esto no quiere decir que no impresionen. De hecho, lo hacen, y mucho. Pero, las Erawan Falls, no asombran por su grandeza, sino por su belleza.

Esta cascada del oeste de Tailandia consisten en una serie de caídas de agua de poca altura, por lo que las corrientes son calmadas y los saltos muy poco ruidosos.
Las diferentes cascadas desembocan en unas pozas de color verde esmeralda y azul turquesa dignas de un cuento de hadas.
Las Erawan Falls cuentan con un total de 7 pozas, y por lo tanto 7 niveles ascendentes. Como no podía ser de otra manera, la última poza es la más impresionante de todas. Tiene una belleza especial, y el color de sus aguas es tan denso y marcado que parece irreal. Además, es en esta poza donde se encuentra el salto de agua con mayor altura.

Las 7 pozas y sus diferentes caídas de agua ocupan una extensión de algo más de 1.5 kilómetros. Merece la pena advertir que, si bien la distancia no es mucha, el ascenso es bastante demoledor. La mayor parte del camino está en pendiente, sobre todo en los últimos niveles, y para llegar a la séptima poza hay que hacer un poco de Indiana Jones. Por otro lado, aunque hay un sendero que marca la mayor parte del recorrido, el terreno a veces dificulta el ascenso.
En todo caso, el esfuerzo merece la pena, pero hay que llevar un calzado cómodo y con buen agarre para que no se complique la cosa. Una botella de agua también será esencial, pero si quieres transportarla más allá de la segunda poza tendrás que pagar una pequeña fianza*.
*La fianza no es más que una medida que pretende evitar que los visitantes “se olviden” de recoger su basura. Te marcarán con un número las botellas de plástico que lleves y tendrás que pagar por cada una de ella. Si en el trayecto de vuelta las enseñas, demostrando que no has hecho la cochinada de tirarlas por ahí, te devolverán tu dinero íntegro.Además de contemplar la belleza de las Erawan Falls, es posible disfrutar de ellas de otra manera: pegándote un buen chapuzón. Puedes bañarte en todas las pozas de los diferentes niveles, siendo las más chulas, por su tamaño y/o belleza, la segunda, la tercera y las dos últimas.
Una curiosidad de las Erawan Falls:
¿Sabes esa gente que paga para que unos pececillos en un barreño les coman las pieles muertas de los pies? Bien, pues pagan porque no conocen las Erawan Falls.
La mayor parte de las pozas están repletas de peces con muchas ganas de interactuar con los bañistas. Sólo tienes que quedarte quieto un segundo y empezarás a notar mordisquitos. No duele, pero digamos que inquieta un poco. Los peces son bastante grandes y ganan por mayoría.


Ya sabes, un baño en las Erawan Falls y saldrás con un peeling podal gratuito.
Otros atractivos del Parque Nacional de Erawan

El parque cuenta con varios senderos de diferentes longitudes y grados de dificultad que permiten recorrer diferentes áreas del mismo. Además, cuenta con 5 sistemas de cuevas que también se pueden visitar. La cueva más cercana a la entrada del parque es la de Phartat, pero probablemente una de las más interesantes es la cueva de Ta Duang, que alberga pinturas rupestres en su interior.
Si te adentras en el bosque más allá de los senderos de las Erawan Falls, quizás, con un poco de suerte, puedas encontrarte con macacos, algún gibón e incluso con un elefante salvaje, todos ellos habitantes naturales del parque.
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Si quieres saber cómo ir hasta este parque nacional tailandés, échale un ojo al siguiente post: Cómo llegar desde Kanchanaburi
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