Los viajes faunísticos son una de las mejores experiencias que puede vivir cualquier viajero. Observar animales en estado salvaje es algo realmente especial que no deja indiferente a nadie: niños, mayores, amantes de la fotografía, aventureros…
Sin embargo, para disfrutar de esta experiencia es importante tener en cuenta algunos aspectos clave, pues no todos los destinos ni todas las épocas son buenas para un viaje de este tipo.
El éxito de nuestro objetivo dependerá en gran medida del animal o animales que queramos observar, y, como ya he dejado caer, del país de destino y de la época del año en que viajemos. Hay países y especies más “fáciles”, y otros en los que tendremos que invertir algo más de esfuerzo.
En cualquier caso, aquí van tres aspectos clave que debes tener presente cuando quieras organizar un viaje faunístico. ¡Espero que te sean útiles!
Viajes faunísticos: 3 cosillas a tener cuenta durante su planificación
1. ¿Quieres ver un animal en concreto o simplemente aprovechar un viaje para conocer algo de fauna local?
Esta es la primera pregunta que deberías hacerte. No es lo mismo querer ver un tiburón ballena sí o sí que ir de vacaciones a Filipinas y, si cuadra, conocer su fauna, sea cual sea.
Si lo que quieres es visitar ese destino, planifica tu viaje cuando puedas o quieras y, simplemente, comprueba en qué lugares concretos puedes avistar fauna o qué eventos naturales ocurren durante el periodo en el que planeas estar en el país.
Por el contrario, si la ilusión de tu vida es ver un animal determinado o parte de su ciclo de vida, como por ejemplo el desove masivo de tortugas marinas en alguna zona costera, entonces deberás planificar tu viaje entorno a ese objetivo.
2. Para ver gran cantidad y variedad de fauna salvaje elige puntos calientes
A pesar de las atrocidades ambientales causadas por el ser humano, afortunadamente aún existen lugares en este planeta que son verdaderos hervideros de vida; destinos perfectos para los viajes faunísticos. Madagascar, Tanzania, Costa Rica o Australia son algunos ejemplos de ello.
Muchos de esos lugares también son denominados biodiversity hotspots (puntos calientes de biodiversidad), término que hace referencia a la alta concentración de biodiversidad que albergan.
Si te es indiferente el destino concreto, elige uno de esos puntos calientes. Así te asegurarás no solo el avistamiento de animales, sino que disfrutarás de una gran variedad de criaturas increíbles.
3. Escoge una fecha adecuada para tu viaje faunístico
En cualquier viaje, escoger la época del año adecuada, en función de nuestros intereses, es muy importante; pero, en los viajes faunísticos lo es aún más.
Para determinadas especies, factores como la migración, la hibernación o la temporada de cría serán aspectos determinantes en el éxito de tu viaje y, si no los tienes en cuenta, te arriesgas en volver a casa sin haber podido contemplar la fauna de tus sueños.
Un ejemplo de ello son las ballenas jorobadas. Éstas pueden ser vistas en diversos lugares del mundo. Sin embargo, se trata de una especie con un marcado patrón migratorio.

Así, si viajas hasta Australia en el mes de enero para ver ballenas jorobadas, no te comerás un colín; por el contrario, si realizas tu viaje en septiembre, por ejemplo, podrás disfrutar de estos gigantescos animales en todo su esplendor.