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Los viajes lingüísticos, otra forma de conocer el mundo

Existen muchas formas de viajar y muchos tipos diferentes de viajes. Desde aquellos en los que el objetivo principal es avistar fauna salvaje y disfrutar de la naturaleza en estado puro, hasta viajes que nos transportan al pasado a través de joyas arqueológicas que han pervivido hasta nuestros días.

Siempre digo que viajando se aprenden cosas que en casa, en el colegio o en la universidad no podemos aprender, o al menos, no lo aprendemos de la misma manera ni nos cala tan hondo como cuando lo vivimos en primera persona; y, aunque todos los viajes nos enseñan algo, existen algunos cuyo objetivo es precisamente aprender.

Son los viajes lingüísticos, una experiencia fantástica tanto para niños como jóvenes y adultos, que nos ofrece la posibilidad de mejorar o aprender un nuevo idioma y, a la vez, explorar el mundo.

No sé si ya vez lo habrás probado o, si no lo has hecho, si te has planteado en algún momento hacer uno de estos viajes o te has parado a pensar qué podría aportarte viajar y aprender al mismo tiempo.

Yo tuve la suerte de viajar a aprender inglés primero a Malta y después a Canadá y tanto me gustó la experiencia que repetiría (otra vez) sin pensármelo.

De esas experiencias personales sacaría algunas conclusiones que creo que te pueden venir muy bien si no estás del todo convencido, no sabes bien qué esperar de un viaje lingüístico al extranjero o si tienes miedos e inseguridades como para lanzarte a vivir esta experiencia.

Por supuesto, si hasta ahora no habías escuchado hablar de estos viajes, lo que te cuento a continuación te vendrá estupendamente para ampliar tu abanico de opciones viajeras.

Explorando el mundo y aprendiendo idiomas con los viajes lingüísticos

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No hay mejor manera de aprender un idioma

La primera conclusión que pude extraer sobre los viajes lingüísticos es que no hay mejor manera de aprender un idioma que teniendo que desenvolverte en esa lengua en tu día a día y rodeado de nativos.

La calidad y la rapidez con la que se aprende el idioma puede ser brutal, de verdad. El hecho de escuchar constantemente personas nativas, con la pronunciación correcta, y no tener la posibilidad de hablar en español con la gente que te rodea, hace que la comprensión y la pronunciación mejoren desde el primer día y se adquieran nuevos conocimientos a mayor velocidad.

Así que si nunca aprendiste inglés en condiciones o si actualmente estás estudiando y quieres mejorar tu nivel, no lo dudes. Lánzate a aprender el idioma en el extranjero y verás como avanzas una barbaridad.

Organiza tu viaje lingüístico con una escuela o agencia especializada

Si bien este tipo de viajes seguramente podría organizarse de alguna manera por cuenta propia, en base a mi experiencia es mucho mejor contar con una escuela o agencia especializada que se encargue de todo.

Los viajes lingüísticos tienen algunas particularidades que no encontramos en viajes de otro tipo, como la necesidad de disponer de alojamiento durante un periodo medio-largo, la organización del horario lectivo, acudir a una escuela acreditada, la obtención de diplomas, la combinación de actividades para conocer el destino con las clases, etc.

Escuelas como CLS Idiomas, especializada en viajes lingüísticos al extranjero para jóvenes de entre 12 y 18 años así como para adultos, gestionan todos los aspectos del viaje, que puede tener una duración de entre 2 semanas hasta un año completo, a elección de cada uno.

Además, esta escuela en concreto, ofrece la posibilidad de convivir con una familia local, algo de lo que yo soy muy partidaria y de lo que hablaré en el siguiente apartado. Esta opción de alojamiento, que ofrece una inmersión total, es una de las grandes ventajas de organizar un viaje lingüístico con una escuela, ya que por nuestra cuenta sería algo prácticamente inviable.

Una excelente forma de integrarte con la gente local y sumergirte en la cultura del país

Aunque por lo general en estos viajes uno elige el tipo de alojamiento, se tenga la edad que se tenga yo animaría a optar por convivir con una familia local.

Yo tengo grandes recuerdos de mis familias en Malta y en Canadá, me encantó alojarme con ellas, me sentí apoyada y cuidada durante mi estancia y aprendí cosas que en un piso o en una residencia de estudiantes no habría aprendido.

Comino estudiar en malta

Malta

Por supuesto, optar por otras formas de alojamiento también tendrá su encanto, pero ya sabes que a mí me chifla eso de sumergirme en la cultura de los lugares a los que viajo e integrarme con la gente del país, y no se me ocurre mejor manera de hacerlo que conviviendo con una familia local.

Además de esa “parte viajera” o de inmersión cultural, vivir con una familia local ofrece la posibilidad de disfrutar de una inmersión lingüística total, complementando las horas lectivas que se reciben.

Al estar alojado en una residencia de estudiantes, por ejemplo, convivirás con personas que, como tú, están aprendiendo el idioma en el país. Algunas serán de otras nacionalidades, por lo que el idioma común puede que sea el inglés, pero casi seguro habrá un trasvase fallos de estructura gramatical y pronunciación, ya que todos estáis ahí para aprender y es normal que existan esos errores en la comunicación.

Por otro lado, puede que en una residencia convivas con estudiantes de habla castellana, y te aseguro que, por mucho que te lo propongas, terminarás hablando en español con ellos.

Por eso, una de las grandes ventajas de alojarse con una familia es que no solo hablarás inglés todo el tiempo, sino que lo harás con personas que utilizan el idioma correctamente, así que no solo no perpetuarás o adquirirás nuevos errores, sino que pulirás los que ya cometías tú inicialmente.

Aprender y descubrir el mundo al mismo tiempo

Una de mis características favoritas de este tipo de viajes es que no solo te permiten aprender o mejorar un idioma, sino también descubrir el mundo.

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Puente de Brooklyn, Nueva York

La mayoría de estos cursos de idiomas en el extranjero cuentan con una estructura que deja espacio para conocer el destino en el que se está estudiando, ya sea tiempo libre para dedicar las tardes a explorar el lugar, como escapadas de varios días para explorar otras ciudades o enclaves relativamente cercanos.

Cuando yo estuve en Malta estudiando inglés, por su condición de isla no me iba a ir muy lejos, pero sí tuve la posibilidad de conocer el país bastante a fondo. Por otro lado, mientras estudiaba en Canadá, concretamente en Toronto, sí tuve la posibilidad de realizar un viaje maravilloso a Nueva York, entre otras escapadas.

Así que como ves, los viajes lingüísticos son la combinación perfecta para viajeros inquietos como nosotros que además quieren aprender un idioma.

Vivir una experiencia muy enriquecedora

Por último, destacar que este tipo de viajes son una experiencia fantástica. Te alojes donde te alojes y sea el destino que sea donde decidas aprender inglés, conocerás gente maravillosa y vivirás momentos que recordarás toda la vida.

Especialmente para la gente joven creo que es un tipo de viaje muy enriquecedor, en el que se hacen amigos de todas las nacionalidades y se aprenden infinidad de cosas en todos los ámbitos: personal, académico, cultural...

Por eso, si tienes oportunidad, no deberías dejarla pasar. Lánzate, aprende, descubre el mundo y disfruta; no te vas a arrepentir.

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