Ir de camping es una forma fantástica de viajar o disfrutar de unas vacaciones. Es una opción muy versátil, que podemos adaptar a prácticamente cualquier destino (nacional o internacional), forma de viajar (en familia, pareja, grupo de amigos, en solitario...), época del año o presupuesto.
Tu decides cómo de preparado (en cuanto a equipamiento y comodidades) te lanzas a acampar y el nivel de aventura que quieres experimentar. Desde un camping “cerrado” con más o menos servicios; hasta lugares remotos, sin comodidades o servicios y poco o nada concurridos.
Marcándote un vivac directamente bajo las estrellas o durmiendo en tienda de campaña; una como estas que se hinchan o de las que requieren un montaje más laborioso (algo que también tiene su encanto para muchos); grande y con varias áreas o con espacio tan solo para dormir.
Como ves las opciones son casi infinitas, y cada uno puede encontrar su propia forma ideal de acampar. Pero, aunque se puede planificar y disfrutar de muchas maneras, ir de camping, en general, tiene determinados beneficios o ventajas que lo diferencian de otras formas de viajar y de otras opciones de alojamiento.
¿Hablamos de algunas de ellas?
Ir de camping: Ventajas y características distintivas

Elegir las vistas
Para mí, una de las cosas que más me gusta de acampar es, sin lugar a dudas, poder elegir las vistas. Me parece que es algo que tiene como un aire romántico; una exclusividad de la que no podemos disfrutar en otro tipo de viajes o escapadas ni en otras formas de alojamiento.
Si bien dependerá del lugar en el que acampemos y de las restricciones del mismo, si las hay, en muchos destinos podremos disponer de libertad para elegir el lugar donde montar nuestro campamento y las vistas de las que disfrutaremos nada más despertar.
Movilidad y dinamismo
Una gran ventaja de llevar “nuestra casa a cuestas” es que dispondremos de una libertad de movimientos mucho mayor y, por tanto, es posible disfrutar de una experiencia muy dinámica si así lo queremos.

Y es que aunque, por supuesto, podemos acampar en único lugar durante todo nuestro viaje o escapada, siempre existe la posibilidad de desmontar el campamento e ir explorando y acampando en nuevas zonas.
Esto también nos permite lanzarnos a la aventura con una planificación más laxa, menos atada; y ser más espontáneos, dejándonos llevar por lo que nos vaya apeteciendo o ajustándonos a las diferentes situaciones que se nos presenten.
Además, esa mayor movilidad la podremos explotar tanto desplazándonos en coche como a pie. Eso sí, según el destino pueden haber limitaciones, ya que en algunos países o lugares concretos puede que sea necesario pedir permisos para acampar en zonas determinadas, por ejemplo.
En esos casos estaremos un pelín más limitados pero, aún así, sigue siendo posible darle rienda suelta a la espontaneidad (solo que con un poquito de previsión; quizás ser espontáneo con un margen de un par de días si tenemos que solicitar algún permiso de acampada ;p).
Estar en contacto directo con la naturaleza
Sin duda, otra característica y gran beneficio o ventaja de ir de acampada es el hecho de poder estar en contacto directo con la naturaleza.
Esto hace que, incluso si nos limitamos a acampar y “no hacer nada más” (excursiones o actividades organizadas, visitas culturales, etc.) podamos vivir un viaje completo y enriquecedor simplemente disfrutando del entorno y de la vida en la naturaleza.

Desde que amanece hasta que anochece, con los encantos naturales de cada momento del día: los colores del amanecer y el atardecer, el canto de las aves, el aire limpio, la vegetación, los envidiables mantos estrellados de una noche sin contaminación lumínica... Una auténtica gozada se mire por donde se mire.
Para todos los presupuestos
Ir de acampada no requiere un gran presupuesto, y con un gasto bastante reducido podemos disfrutar de unos días de vacaciones maravillosos.

Y es que uno de los gastos más importantes de cualquier presupuesto de viaje es el alojamiento (cuando nos decantamos, por ejemplo, por un hotel u hostal), que en el caso del camping puede llegar a ser a coste cero.
No obstante, como decía al inicio, esta forma de viajar es muy versátil, y aquellos que quieran o puedan invertir más dinero para ir de camping, o simplemente vivir experiencias más elaboradas, también podrán ampliar su abanico de opciones: zonas limitadas o protegidas que requieran el pago de algún permiso, campings con servicios y comodidades (como aseos, zonas recreativas, etc.) e incluso algo más glamuroso y más selecto como el glamping.
Y tú, ¿te sueles ir de camping?
Si no lo has probado nunca, ¿de que forma te gustaría acampar y en que rincón del mundo?
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