En Europa tenemos multitud de ciudades y parajes naturales famosos a nivel internacional como destinos turísticos. Por ello, no es raro encontrarnos año tras año en las listas de los lugares más visitados a las principales urbes europeas, en las que podemos disfrutar de la historia, la cultura y los encantos de este diverso continente.
París, Roma, Berlín, Barcelona, Londres, Dublín, Bruselas o Ámsterdam son solo algunas de las ciudades que tanto los residentes en Europa como las personas procedentes de otros continentes a menudo tenemos en nuestro punto de mira viajero.
No obstante, y aunque estas ciudades siguen siendo las más visitadas, también hay espacio para destinos emergentes que, por un motivo u otro, parecen haber permanecido en un segundo plano durante años.

Viajar a Bucarest, por ejemplo, cada vez es más frecuente entre los viajeros, quienes buscan explorar los encantos de Rumanía, un destino que parecía quedar oculto entre la fama de las principales ciudades turísticas de Europa.
La capital de Rumanía en realidad siempre ha dispuesto de numerosos encantos para cautivar a sus visitantes. Por tanto, no es un descubrimiento de novo, pero sí está pasando de ser un enclave visitado por “unos pocos”, a formar parte de la lista de destinos top de muchos viajeros.
¿Una escasa promoción turística? ¿Menos facilidades para los visitantes? ¿Simple desconocimiento? Quién sabe. El motivo exacto por el que Bucarest ha tardado un pelín más en despuntar junto a otras grandes ciudades europeas en realidad puede ser multifactorial. Lo que sí es cierto es que algunos aventureros abrieron la caja de pandora y, ahora, Bucarest se sitúa como un destino atractivo y llamativo para muchos otros viajeros.
Viajar a Bucarest, una gran opción para este año
Si has estado en alguno de los destinos europeos ya mencionados (Roma, Berlín, Londres, Barcelona, etc.), probablemente sabrás lo que significa la masificación turística.
Es la parte mala de un destino con buena reputación, que todos lo queremos ver (a menudo en las "mismas fechas") y se satura un poco (o mucho). Esto ocurre especialmente en los principales puntos turísticos, como museos, edificios históricos, yacimientos y demás.
Por ello, ahora es un buen momento para viajar a Bucarest, antes de que alcance los niveles de visitantes de otras capitales europeas. Así, podremos disfrutar en primicia de todos sus encantos, evitando las hordas de turistas que probablemente llegarán a Rumanía en los próximos años.

En la capital rumana, en cuyo centro histórico encontraremos una fusión de arquitectura medieval, neoclásica y modernista, podemos disfrutar de monumentos y edificios emblemáticos como el Palacio del Parlamento, el Ateneo Rumano o el Arco del Triunfo.

Por otro lado, como capital, Bucarest es la puerta de acceso perfecta a muchos otros encantos del país, tanto históricos como naturales.
Así, desde la principal ciudad rumana podemos lanzarnos a conocer, por ejemplo, la zona del lago Snagov, a tan solo 44 minutos en coche desde Bucarest. Este lago alberga una pequeña isla que, a su vez, alberga un monasterio, el Monasterio de Snagov.
Según el mito sería en este edificio eclesiástico donde fue enterrado Vlad III, el Empalador, quien inspiraría el personaje de Drácula, de Bram Stoker.
Más hacia el norte, a unas 3 horas de la capital, también podemos descubrir enclaves naturales como los Montes Bucegi, o ciudades con encanto como Sinaia o Brasov.
¿A qué estás esperando para viajar a Bucarest y explorar los encantos de Rumanía?