Me lo habían avisado, pero no pensé que realmente fuera tan frecuente o tal vez no esperaba que me marcara tanto, sobre todo al inicio del viaje.
Hablo de la cantidad de animales, en su mayoría ualabíes y canguros, que yacen muertos en las carreteras de Australia; una imagen descorazonadora.
Tan común es que durante los tres o cuatro primeros días de nuestro viaje los únicos marsupiales que vimos estaban muertos, sin vida junto a la carretera.
Incluso en algún desvío que hacíamos aposta, para intentar ver algún canguro sin aplastar, por carreteras de tierra y menos transitadas junto a campos o cultivos, nos encontramos con algún cadáver.
Quizás es porque soy una impaciente, pero el trauma de volverme a casa sin ver un canguro vivo comenzó a sobrevolarme la cabeza.
Afortunadamente no fue así, y vimos más canguros y ualabíes vivos que muertos. Al principio fueron avistamientos en la lejanía, pero pronto disfrutamos de muchos encuentros cercanos. Con los canguros en Cape Hillsborough y, en el caso de los ualabíes, el primero fue en Eungella National Park.
Pero, ¿por qué hay tantos animales muertos en las carreteras de Australia?
Sinceramente, creo que no se puede decir que se deba a la falta de interés y preocupación de los australianos. De hecho, es tal vez el país en el que más esfuerzos he visto en lo que respecta a la conservación de la fauna local.
Existen multitud de programas de concienciación y conservación, gran parte de la población está educada respecto a ello y muchos colaboran activamente y de forma voluntaria.
También existen numerosos pasos de fauna, señales por todas partes, etc. Un ejemplo concreto de estos esfuerzos es el hospital de koalas de Port Macquarie, en el que atienden numerosos koalas heridos, muchos de ellos en accidentes de tráfico.

Por tanto, la conclusión a la que yo llegué sobre este tema es que esta problemática se debe en gran medida a los números. Me explico.
Australia es un hervidero de fauna y, por tanto, la densidad de animales cruzando las carreteras australianas es enorme. Por ello, a pesar de los grandes esfuerzos que se hacen, es muy complicado (probablemente imposible) reducir a cero la muerte de animales debida a accidentes de tráfico.
Esta causa de muerte de canguros, ualabíes, koalas y otros animales es especialmente frecuente durante las horas crepusculares y nocturnas, momento en que muchas especies se desplazan, hay menor tráfico que los espante de los alrededores de las carreteras y, además, cuando quedan cegados por los faros de los vehículos.
De ahí que se desaconseje conducir durante el atardecer, la noche y justo antes de la salida del sol; y, si es necesario hacerlo, se debe extremar la precaución.
Cabe decir que no en todas las zonas se ven animales atropellados. De hecho, juraría que me resultó mucho más frecuente en el inicio de nuestro recorrido por las carreteras de Australia, y que la frecuencia iba disminuyendo conforme nos acercábamos a Sídney. Aunque tampoco descarto que, en cierta manera, nos fuésemos insensibilizando y ya no nos llamase tanto la atención.
En cualquier caso, he de decir que a nosotros afortunadamente no se nos cruzó delante del coche ningún animal. Eso sí, siempre que pudimos evitamos las horas desaconsejadas y, cuando no nos quedó otra que conducir bajo la oscuridad, disminuimos la velocidad todo lo que pudimos, especialmente en las áreas señalizadas como tránsito de fauna.
Te recomiendo que hagas lo mismo si vas a realizar un viaje en coche por las carreteras de Australia y, sobre todo, te aconsejo que te mentalices para que el shock sea lo menor posible. De verdad que da mucha lástima, pero al menos podemos consolarnos pensando que el gobierno australiano no se rinde y sigue invirtiendo grandes esfuerzos en disminuir la cifra de animales muertos en sus carreteras.
Curioso problema el que tienen por las carreteras del OutBack con la fauna de allá. Será cuestión de concienciación de la población no solo de su gobierno. En fin. Una pena 🙁
Si Carlos, una verdadera lástima. Yo creo que hay muchos australianos concienciados, pero seguramente no todos.
Personalmente creo que los camiones, que nos cruzamos con muchos y gigantescos, pueden ser unos de los grandes causantes de estos atropellos. Al ser vehículos tan grandes, los pasajeros no corren el mismo peligro que si fueran en un turismo, por ejemplo; por lo que seguramente tienen menos cuidado en cuanto a velocidad y demás recomendaciones en las zonas donde la fauna cruza la carretera.
¡Muchas gracias por tu comentario! 🙂