Alemania tiene tantas ciudades y pueblos con encanto que me parece una injusticia eso de referirse «la ciudad más bonita de Alemania».
Para mí no hay una única ciudad alemana que merezca encabezar el podio, ni si quiera un grupito de 5 o 6 ciudades, porque, como digo hay muchas, cada una con sus particularidades. Sin embargo, es posible que encuentres por ahí que Heidelberg encabeza, o al menos forma parte, de esas listas de «las ciudades más bonitas, con más encanto o más románticas».
Precisamente, esa última es una de las etiquetas que más se le suele adjudicar, la de «la ciudad más romántica de Alemania». En realidad, es algo que le viene de lejos y que quizá se haya deformado con el tiempo; una etiqueta que tiene un origen histórico, ya que Heidelberg fue el centro del Romanticismo en Alemania, el movimiento cultural, artístico y literario que surgió a finales del siglo XVIII.
De ahí quizá que hoy en día muchos se refieran a Heidelberg como una ciudad romántica, pero en términos amorosos o sentimentales, que es algo que, en mi opinión, es muy subjetivo.
Quizás es porque hayan oído campanas en referencia al Romanticismo en Heidelberg (el movimiento cultural) o tal vez sea porque de verdad esta ciudad les parezca un escenario ideal para una película romántica o un viaje de enamorados.
Sea como fuere, en tus manos dejo eso de decidir si te parece una de las ciudades más bonitas o de las más románticas del país germano.
A mí me parece una ciudad con encanto, rincones muy fotogénicos y lugares interesantes, que merece la pena conocer. Y, si me preguntas qué ver en Heidelberg cuando la visites, no tienes más que seguir leyendo para dar respuesta a tu pregunta.
Unas pinceladas preliminares sobre Heidelberg

Antes de entrar en materia y contarte qué ver en Heidelberg, déjame que te hable sobre las características y el ambiente que encontrarás en esta ciudad del estado de Baden-Wurtemberg.
Aunque para muchos pensar en Alemania es pensar en frío y en nieve, lo cierto es que Heidelberg, al igual que otras ciudades de la zona, tiene un clima bastante agradable.
Ubicada en una de las regiones más cálidas de Alemania, en los meses de primavera y verano la temperatura es agradable, llegando a hacer bastante calor en algunos periodos estivales.
En el otoño refresca y a medida que se acerca el inverno las temperaturas caen, llegando a nevar de vez en cuando en la ciudad, pero de una forma mucho más comedida que en el norte del país u otras regiones más frías.
La visites en la estación que la visites, Heidelberg conserva y adapta su encanto. En primavera y verano la atmósfera es animada y la ribera del río y los parques se llenan de vida (¡los habitantes de Heidelberg adoran tomar el sol y disfrutar de los espacios al aire libre!).
En otoño los montes que rodean el casco antiguo de la ciudad, y de los que hablaremos más abajo, se tiñen con los característicos colores otoñales. Y qué decir del invierno, cuando el mercado de navidad de Heidelberg y la decoración navideña le dan un toque de fantasía a la ciudad y/o la nieve nos regala estampas singulares de la misma.

Parte del mercado de navidad de Heidelberg
Heidelberg es la ciudad universitaria más antigua de Alemania, así que el ambiente universitario es parte de su esencia. Además es una ciudad que, al parecer, inspira a muchos.
Goethe por ejemplo dijo de esta ciudad «Heidelberg tiene algo ideal», y parece que no mentía ya que en ella, además de doctorarse, encontró la inspiración para crear al personaje de Fausto y escribir la tragedia homónima, considerada una de las grandes obras de la literatura universal.
Pero Goethe no fue el único que se sintió cautivado por Heidelberg; Victor Hugo, Mark Twain y Johannes Brahms, entre otros, también se declararon admiradores de ciudad alemana.
No sé si a ti te inspirará tanto como a ellos, pero si espero que al menos te guste todo lo que te propongo conocer en ella.
Qué ver en Heidelberg
Altstadt y Hauptstrasse (Casco antiguo y calle principal de la ciudad)
El casco antiguo de la ciudad (el Altstadt o ciudad vieja) es probablemente la zona más viva de la ciudad de Heidelberg, además de una de las más bonitas.
La ciudad vieja o Altstadt está atravesada por la calle principal de Heidelberg, la Hauptstrasse, a la que se unen multitud de callejones que conforman el casco antiguo y por los que merece la pena perderse para encontrar muchos rinconcitos pintorescos y edificios con encanto.
Pero entre todo ese entramado de callejuelas estrechas destaca el eje principal del que hablábamos, la Hauptstrasse, repleta de comercios, cafeterías y restaurantes que se intercalan con numerosos edificios históricos de la ciudad. Es sin duda la vía con más trasiego, no solo del casco antiguo, sino de toda la ciudad.

Zona del casco antiguo de la ciudad con la Hauptstrasse vista desde una calle perpendicular a esta. También se aprecia el Castillo de Heidelberg.
Se trata de una calle peatonal de casi 2 km de longitud, ideal para pasear pero también fundamental en cualquier visita a la ciudad, ya que además de albergar muchos lugares de interés, resulta muy útil para orientarte, como punto de referencia.
La Hauptstrasse discurre en paralelo al río Neckar, aunque no se encuentra a orillas de este, y recorre toda la longitud del casco antiguo.
Comienza en Bismarckplatz, lugar al que es posible que llegues si decides moverte en transporte público, ya que es uno de los centros de transportes más importantes de la ciudad. En esta plaza paran los autobuses y los tranvías procedentes de la estación de tren y de otras ciudades de los alrededores, como Mannheim; así que es un punto de partida perfecto para visitar Heidelberg si no vas a alojarte en la ciudad.
Desde Bismarckplatz la Hauptstrasse se extiende hasta «los pies» del castillo, y recorriéndola podrás explorar los siguientes lugares:
Marktplatz, Heiliggeistkirche y Rathaus
La plaza del mercado es la plaza central del casco antiguo de Heidelberg y una de las más antiguas de la ciudad.
Durante toda su existencia, y hasta la actualidad, ha cumplido la misma función, la que le da nombre: acoger el mercado semanal. En ella se encuentra el Ayuntamiento de Heidelberg (Rathaus) y la imponente Heiliggeistkirche (Iglesia del Espíritu Santo), construida entre 1398 y 1441.

Vista de la Heiliggeistkirche o Iglesia del Espíritu Santo
En el centro de Marktplatz encontrarás la Fuente de Hércules (Herkulesbrunnen), que data del año 1709 y conmemora los grandes esfuerzos realizados para reconstruir la ciudad al quedar devastada tras la Guerra de Sucesión del Palatinado.
Si visitas Heidelberg en invierno descubrirás que la Marktplatz es un lugar clave para disfrutar del mercado navideño de Heidelberg.
Kornmarkt o Plaza del Grano
A cuatro pasos mal contados de la Marktplatz se encuentra la Kornmarkt, una plaza con vistas privilegiadas al castillo de Heidelberg y desde la cual parte el camino que te llevará hasta él, el Burgweg.
En sus orígenes esta plaza albergó un hospital que fue demolido para instalar el mercado de especialidades de la ciudad y se le llamó Neuer Markt, pero más tarde se cambiaría ese nombre por el de Kornmarkt.
A pesar de su proximidad, es una plaza más tranquila que la Marktplatz, aunque en época navideña suele estar más animada de lo habitual ya que también acoge casetas y decoración navideña del mercado de navidad de la ciudad.
Karlsplatz o Plaza de Carlos
A continuación de la plaza Kornmarkt, solo separadas por una pequeña manzana de edificios, se encuentra la Karlsplatz, que también nos regala unas vistas estupendas del castillo.
Su nombre lo recibe por el Gran Duque Karl Friedrich von Baden y se encuentra rodeada por varios edificios emblemáticos de la ciudad, como la Academia de las Ciencias, la Mittermaierhaus (histórica fraternidad estudiantil de la ciudad) y el Palacio Boisserée.
Durante la celebración del mercado de navidad de Heidelberg en esta plaza suele instalarse una pista de hielo al aire libre.

El Castillo de Heidelberg visto desde Karlsplatz. Imagen de Bernhard Holzem
Otros edificios destacados de Hauptstrasse
Recorriendo Hauptstrasse además de las plazas y otros lugares ya mencionados te encontrarás con numerosos edificios históricos con fachadas especialmente bonitas, como:
Haus zum Riesen: casa barroca construida con piedras procedentes del derrumbe de la torre del castillo que se encuentra en el número 52 de la Hauptstrasse.
Palais Morass: ubicado en el número 97 de esta larga calle peatonal, con estilo de palacio nobiliario, este edificio alberga el Museo del Palatinado (Kurpfälzisches Museum).
Haus zum Ritter: construida en 1592, tiene la particularidad de ser la única casa burguesa que sobrevivió a la destrucción de Heidelberg entre los años 1689 y 1693. Actualmente el edificio alberga el hotel, pero independientemente de que te alojes en él o no, no te pierdas su fachada. Está en el número 178 de Hauptstrasse.
Otros lugares del Altstadt de Heidelberg
Fuera de la Hauptstrasse, aunque no muy lejos de ella, destacan otros lugares que también forman parte del casco antiguo de la ciudad:
Karl Theodor Brücke o Puente de Carlos Teodoro
Este es sin lugar a dudas uno de los lugares más emblemáticos de Heidelberg, así como uno de los puntos más visitados de la ciudad. Aunque su nombre oficial es Karl Theodor Brucke (Puente de Carlos Teodoro) es más conocido como Die Alte Brücke (el Puente Viejo).
Construido sobre el río Neckar, este puente conecta el casco antiguo de la ciudad con la orilla opuesta del río, donde se encuentra el distrito de Neuenheim (de este lado del río parte una senda hacia el Paseo de los Filósofos, pero de eso hablaremos un poquito más abajo).

Vista del Karl Theodor Brücke o Puente Viejo sobre el río Neckar
Fue construido entre 1786 y 1788 con piedra arenisca y hoy en día es un puente muy transitado tanto por peatones como por bicicletas, así como por coches en horario restringido entre semana.
En su extremo sur se encuentra la característica puerta del puente (Brückentor), que tiene una estructura medieval compuesta por dos torres gemelas de 28 metros de altura. Originalmente esta puerta se integró en la fortificación de la ciudad.
Universitätsplatz
La Plaza de la Universidad, anteriormente llamada Paradeplatz o Ludwigsplatz, se encuentra arropada por la antigua universidad y la nueva universidad de la ciudad.
Esta plaza es más representativa de lo que pueda parecer, y es que, como ya mencionaba, Heidelberg es una ciudad eminentemente universitaria. Y no solo lo es en la actualidad, donde se puede palpar en el ambiente estudiantil en periodo lectivo, sino que lo ha sido históricamente.
Fundada en 1386, la Universidad de Heidelberg (Universidad de Ruperto Carola) es la más antigua de Alemania, una de las instituciones más antiguas de Europa y de prestigio internacional.
Yo además le tengo un cariño especial, ya que es la universidad en la que me doctoré y para la que trabajé cuando vivía en Alemania ❤️.
Muy cerca de la Plaza de la Universidad de Heidelberg se encuentra la Biblioteca de la Universidad de Heidelberg, la biblioteca universitaria más antigua del país. El edificio en el que se encuentra sigue el estilo renacentista alemán y francés con elementos modernistas, dando lugar a una fachada realmente bonita.
Qué ver en Heidelberg más allá de su casco antiguo
El Castillo de Heidelberg y sus jardines
Ubicado a 80 metros sobre el casco antiguo de la ciudad y el río Neckar se encuentra el Heidelberger Schloss, las bonitas ruinas del castillo de la ciudad rodeadas de vegetación. Sin duda una de las estampas más icónicas de esta ciudad alemana.

Guerras, incendios y hasta rayos devastadores ha tenido que soportar a lo largo de su historia. Pero, a pesar de las repetidas destrucciones, este castillo de origen medieval y color rojizo por la arenisca roja del valle del Neckar que se utilizó en su construcción, todavía mantiene su gran parte de su encanto y su aspecto imponente sobre la ciudad.
Aunque sus comienzos, en el siglo XIII, fueron los de una fortaleza, en los siglos XV y XVI fue ampliado como palacio. A ese último siglo pertenecen la mayor parte de las estructuras que han llegado a nuestros días en este castillo que, en realidad, es un recinto con múltiples edificios que contrastan entre sí.
La parte más antigua que se conserva es el palacio residencial Ruprechtsbau. Además de este al visitar el castillo podremos conocer su bonito patio gótico-renacentista, el edificio Ottheinrich que alberga la Deutsches Apotheken-Museum con frascos, muebles y otros elementos históricos de farmacia y alquimia; el Fassbau, con un gigantesco barril de vino del año 1751; el edificio Friedrich y las esculturas de su fachada, los restos del impresionante Torreón Krautturm y, por supuesto, los jardines del castillo que resultan muy agradables para pasear.

Deutsches Apotheken-Museum. Foto de Roman Kraft

Parte de la fachada del edificio Friedrichsbau, en el castillo de Heidelberg

Torreón Krautturm

Fassbau
Iluminación del castillo en el Heidelberger Schlossbeleuchtungen
Todos los años en el primer sábado de junio y septiembre y en el segundo sábado del mes de julio el castillo de Heidelberg se ilumina y, cuando la iluminación cesa, tiene lugar un espectáculo de fuegos artificiales.
Es el llamado Heidelberger Schlossbeleuchtungen, un evento que conmemora las tres veces que el castillo fue incendiado (en 1689, 1693 y en 1764) y no debes dejar de ver si visitas la ciudad en los meses mencionados.
El espectáculo tiene lugar sobre las 22:00 y tanto las orillas del río Neckar como el Philosophenweg, del que hablaremos más abajo, son de los mejores lugares para disfrutar de él.
Cómo llegar al Castillo de Heidelberg
Para llegar al castillo y visitarlo por dentro existen dos opciones básicas: andando o en funicular. Mi preferida, que no suele ser la más elegida por quienes visitan la ciudad, es a pie.
Si estás en el casco antiguo de la ciudad desde Kornmarkt puedes llegar en unos 15 minutos tomando Burgweg y luego Kurzer Buckel, o hacer todo el trayecto por el camino adoquinado de Burgweg. Este último rodea toda la edificación por los jardines, así que puede ser una opción para tomar un camino alternativo a la vuelta, ya que por lo general se visita primero el castillo y luego sus jardines.

Alrededores en la subida a pie hacia el castillo
No son los únicos trayectos a pie por los que puedes llegar al castillo, pero sí los más cortos y directos. Es cierto que subir andando al castillo cuesta un poquitín más, al fin y al cabo está en lo alto de una colina; pero el camino a mí me parece muy bonito, con bastante vegetación, buenas vistas y muchos palacetes y casas chulas por el camino. Por eso creo que el (pequeñísimo) esfuerzo merece la pena.
Si no quieres o no puedes andar, entonces otra opción es tomar el funicular (Heidelberger Bergbahnen) en los alrededores de Kornmarkt, concretamente en la calle Zwingerstraße, 20.
Si te encuentras en la estación central de Heidelberg puedes llegar hasta el punto de salida del funicular con la línea 33 de autobús hasta la parada Bergbahn.
Con el funicular también puedes llegar hasta lo más alto de Königstuhl, del que hablaremos a continuación.
Königstuhl
El Königstuhl es el monte donde se encuentra el Castillo de Heidelberg. Además de este, en sus laderas encontramos diferentes senderos para recorrer a pie, rutas para recorrer con bicicleta de montaña y un pequeño parque temático para niños llamado “Märchenparadies”.
En el Königstuhl también se encuentra un observatorio astronómico histórico, que ocupa la cumbre de este monte desde 1898; el Instituto Max Planck para la Astronomía y la Haus der Astronomie, un centro para la educación y la divulgación de la astronomía que organiza visitas guiadas y otras actividades.
Por supuesto, con sus 568 metros de altura también es un lugar perfecto para disfrutar de unas bonitas vistas de Heidelberg.

El monte Heiligenberg y el Philosophenweg (Paseo de los Filósofos)
El monte Heiligenberg, de 330 metros de altura y enfrentado al monte Königstuhl, se alza en la orilla opuesta al casco antiguo de la ciudad, en el lado norte del río Neckar.
Es conocido sobre todo por el Paseo de los de los Filósofos (en alemán, Philosophenweg), un sendero serpenteante en el que encontrarás varios miradores desde los que contemplar las bonitas vistas del río Neckar, el Castillo de Heidelberg y el casco antiguo de la ciudad; y por el Philosophengärtchen (Jardín de los Filósofos), un balcón natural poblado por plantas exóticas.
Pero el monte Heiligenberg, además del Philosophenweg, cuenta con otros muchos senderos y atractivos para conocer la historia de Heidelberg, en la que parece que este monte siempre tuvo su parte de protagonismo.
En él se ha hallado cerámica neolítica y pruebas de que los celtas se asentaron en sus laderas allá por el 400 A.C., siendo el ejemplo más evidente de esto los restos de una muralla circular que se conservan parcialmente.

Además, de la huella de los celtas, recorriendo este monte cubierto de vegetación podemos encontrar otras ruinas y lugares de interés, como la Bismarcksäule Heidelberg (Torre Bismarck), las ruinas del monasterio de San Miguel y el Thingstätte, un anfiteatro al aire libre del periodo del nacionalsocialismo en Alemania.
Neckarwiese
Con aproximadamente 1 kilómetro de longitud, el Neckarwiese es la mayor zona verde en el centro de la ciudad. Se encuentra en la orilla norte del río, en Neuenheim.
Es un lugar ideal para relajarse al aire libre, sobre todo en días soleados y de temperaturas agradables, desde el cual podemos disfrutar de unas buenas vistas del castillo.
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