Me encantan los animales, y por eso me gusta enfocar mis viajes a todo lo que tenga que ver con la observación fauna salvaje; lo que viene siendo un viaje animal.
De hecho, estoy convencida de casi cualquier persona disfrutaría viendo ballenas, lémures o cualquier otro animal en su medio natural porque es algo realmente único y especial.
El problema es que puede ser un tipo de viaje algo más complicado de planificar, ya que hay que tener en cuenta factores muy concretos para cada animal que se quiera observar.
Por otro lado, no es la clase de viaje que generalmente encontraremos en una agencia, exceptuando los safaris africanos. Es decir, en la mayoría de los casos al viajero no le quedará otra que organizarlo él mismo.

Tomando un tentempié. Monkey Forest - Bali
Además, cabe decir que los viajes para la observación de fauna, como los mencionados safaris, suelen ser bastante o muy caros, por lo que no están al alcance de todos los bolsillos.
La buena noticia es que, aunque a veces resulte un poco complejo, es posible planificarlo uno mismo y conseguir vivir una experiencia aún más enriquecedora que la que nos podría proporcionar un viaje organizado. Además, siempre resultará más económico que acudir a una agencia de viajes.
Para allanarte el camino, quiero compartir contigo una serie de consejos o cosas a tener en cuenta a la hora de organizar un viaje animal. ¿Preparad@?
Cómo planificar un viaje animal con éxito
A) Un paso preliminar: ¿Uno, varios o el que sea?
La planificación de un viaje animal depende en gran medida de lo que queramos observar. Es cierto que, si nos adentramos en una selva o nos sumergimos a bucear en algún lugar, siempre veremos más cositas de la que buscamos específicamente.
Sin embargo, a la hora de organizar el viaje es importante establecer nuestra prioridad. Hay personas que, por el motivo que sea, viajan hasta la sabana africana con el único objetivo de ver leones en estado salvaje. Seguro que si se les cruza por medio algún rinoceronte o algunas jirafas lo agradecerán y lo disfrutarán pero, si no ven a los esperados leones, quizás sientan que su viaje no ha sido completo.
Por el contrario, también hay viajeros que simplemente quieren ver animales, sean los que sean. Buscan disfrutar de la biodiversidad sin un objetivo único o concreto, por lo que sentirán que su viaje animal ha sido fabuloso en todos los casos.
Por tanto, para evitar decepciones y disfrutar al máximo de nuestra aventura, será muy importante esclarecer, desde el inicio de la planificación, la finalidad de nuestro viaje animal. Dicha importancia radica en que, dependiendo de cuál sea nuestro objetivo, pueden verse afectados algunos de los aspectos más importantes de cualquier viaje, como el destino, la época en la que viajar y los lugares concretos a visitar.

- Quiero ver la biodiversidad general de un país o lugar
Esta es la opción "más sencilla" o, por lo menos, la menos exigente. Si lo que queremos es ver fauna salvaje en plena acción, sea cual sea, en un lugar o país concreto, simplemente tendremos que informarnos sobre cuáles son los puntos calientes de nuestro destino.
Los parques nacionales o naturales, así como otras áreas protegidas, son generalmente lugares ricos en fauna. A priori, como no buscamos ver un animal concreto, sino disfrutar de la diversidad animal en general, serían los sitios perfectos a visitar. Sin embargo, que se trate de una zona protegida no quiere decir en ella habiten numerosos animales y, aunque sea el caso, puede que no sea un buen lugar para hacer nuestro viaje animal.
Un ejemplo de ello es el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, en Croacia. En dicho parque croata habitan animales tan fascinantes como el oso pardo europeo, el lobo o el lince. Sin embargo, no esperes verlos ni de lejos, al menos no por la zona de los lagos (muy bonita, por cierto).
En los Lagos de Plitvice hay tal trasiego de turistas, en grupos gigantescos y cada uno con su propio guía dando berridos, que dudo que exista algún pobre animal que se atreva a pasearse por allí.
El caso contrario sería Madagascar, mucho menos visitada y con una mayor diversidad y cantidad de fauna, donde en casi cualquier masa de árboles te puedes encontrar una sorpresa.
Por lo tanto, siempre tendremos que informarnos sobre los mejores sitios para ver fauna en general dentro de un país o zona, no solo atendiendo a que habiten en un determinado lugar, sino también teniendo en cuenta las características de ese lugar y las posibilidades reales de poder observar vida animal. - Quiero ver uno o varios animales concretos
Si tu ilusión o deseo es ver en estado salvaje una o varias especies de animales en concreto, entonces "toda" la planificación de tu viaje animal debe girar entorno a ello. Es la única forma de maximizar las posibilidades de éxito.
En este sentido es especialmente importante que prestes atención a la distribución y biología del animal en cuestión. Especialmente si se trata de animales migratorios o con periodos de inactividad como la hibernación, por ejemplo.
Por otro lado, aunque un animal esté presente en un lugar de forma más o menos permanente, si quieres contemplar una actividad o un periodo de su vida concreto, también tendrás que tener muy en cuenta la época en la que planificar tu viaje animal. Un ejemplo de esto sería el desove de las tortugas marinas, la berrea de los ciervos o el nacimiento de los bebés lémures.

Ballena jorobada. Nosy Boraha (Île Sainte-Marie) - Madagascar
B) La planificación
Al esclarecer tu objetivo ya habrás establecido automáticamente tu destino de viaje y la época en la que realizarlo, especialmente si quieres observar una especie animal en concreto.
Para que no se haga eterno, me voy a limitar a comentar los aspectos específicos de la planificación de un viaje animal. Las cuestiones de organización inherentes a cualquier tipo de viaje, como los visados, el seguro médico y demás, los puedes encontrar en este otro artículo de planificación general.
- Los tiempos
Cuando se trata de planificar un viaje animal, hemos de tener muy en cuenta los tiempos que reservamos para cada actividad de nuestra aventura.
En el medio natural, todo es impredecible y, por lo tanto, no podemos asumir que vamos a llegar y besar el santo. Así, puede ocurrir que un día a avistar ballenas y tengamos la suerte de contemplar muchas de ellas dando saltos increíbles; por el contrario, nos puede suceder que desafortunadamente no veamos ni una.
Además de la espontaneidad de la naturaleza, en un viaje para observar fauna las condiciones climáticas pueden ser mucho más determinantes que en otro tipo de viajes. Así, entre otras cosas, el mal tiempo puede tanto afectar a la posibilidad de que el animal en cuestión se muestre, como hacer que nos sea imposible desplazarnos hasta el lugar concreto en el que pensábamos observarlo.
Por lo tanto, a la hora de planificar nuestro viaje animal nunca deberíamos destinar un único día para intentar cumplir nuestro objetivo, ya que la posibilidad de "fracaso" puede ser muy elevada. Siempre será mejor que, al calcular los tiempos de nuestra ruta, destinemos varios días para tratar de localizar y disfrutar de esa especie o especies que nos interesa ver.
Lo bueno es que, si tenemos éxito desde el primer momento, el resto de días que habías reservado en tus planes seguramente no serán en vano. Al ser imprevisible, cada día que salgas a observar fauna será diferente, y por tanto igual de emocionante y provechoso. - La forma
A la hora de planificar un viaje animal, también es importante meditar sobre la forma en la que queremos que se desarrolle nuestra aventura.
Las opciones son básicamente tres: ir por libre, en una excursión o visita organizada o contratar un guía privado. Todas tienen sus ventajas y desventajas, así que tendremos que elegir una u otra en función de nuestras preferencias y nuestro presupuesto.
Sin embargo, no siempre podremos elegir libremente. En muchos parques o reservas naturales, generalmente por la seguridad del visitante, es obligatorio contar con algún guía que nos acompañe en nuestro recorrido.
En otras ocasiones, con el fin de proteger el lugar de los turistas irresponsables y/o por la inaccesibilidad del sitio, solo se pueden realizar visitas grupales guiadas.
En cualquier caso, durante la planificación de nuestro viaje tendremos que informarnos sobre las diferentes opciones disponibles para llevar a cabo el avistamiento de fauna concreto que nos interese. - El equipamiento
No es lo mismo ir de viaje a Phuket para disfrutar de sus playas y sus fiestas que adentrarte en la Reserva de Analamazoatra en busca del Indri.
Por tanto, si el objetivo de nuestro viaje, o al menos parte de él, es el avistamiento de fauna salvaje, tendremos que equiparnos para ello.
En el caso de un "viaje animal terrestre", será muy importante llevarnos un calzado adecuado. Para mí las botas de montaña son siempre la mejor opción, porque tienen buen agarre en cualquier terreno y porque valen tanto si hace frío como calor. Concretamente yo prefiero las de caña media/alta, ya que sujetan los tobillos y por tanto evitan mejor una posible torcedura; y siempre impermeables.
Por otro lado, la ropa que incluyamos en nuestro equipaje debe ajustarse al tipo de actividad que vayamos a realizar. Así, si quieres observar fauna en medio de la selva, yo te recomendaría que no te dejes atrás un pantalón largo y una camisa que transpire bien, pues la humedad suele ser muy elevada. Un chubasquero también lo considero indispensable.
Si el objetivo de tu viaje animal es la fauna marina, entonces todo cambia. Si tienes tu propio equipo, no dudes en llevarlo contigo. Me refiero básicamente a las gafas, el tubo y las aletas. Tanto esos como el resto de artículos necesarios para hacer snorkel o buceo, suelen estar disponibles para alquilar o incluidos en las inmersiones contratadas. Sin embargo, no siempre son de la mejor calidad y muchas veces están cascados de tanto uso.
Por eso, si tu ya tienes tu equipo, que te gusta y te va bien, no te lo dejes atrás.
Aparte de ese equipamiento básico, para un viaje animal en tierra o mar, tendrás que considerar otros artículos más específicos para tu caso concreto. Por ejemplo, si quieres avistar aves, unos prismáticos serán esenciales; mientras que, si quieres avistar fauna nocturna, tendrás que incluir un frontal en tu mochila. - La actitud
Esto es, quizás, lo más importante que debes llevar a un viaje animal. Como comentaba anteriormente, la naturaleza en general, y la fauna salvaje en particular, son impredecibles.
Esa incertidumbre intrínseca es parte del encanto de este tipo de viajes pero, si no estás preparado o mentalizado para darte de morros con el "fracaso", invertir grandes esfuerzos y afrontar largos tiempos de espera y diversos contratiempos, tu aventura puede convertirse en una pesadilla.
Ármate de paciencia, disfruta de los caminos que recorras intentando avistar el animal que tanta ilusión te hace ver, y no tires la toalla. Te aseguro que, pase lo que pase, merecerá la pena. Y, si consigues ser espectador de esos animales en estado salvaje y en plena acción, será algo inolvidable, indescriptible y de valor incalculable.