mochila quechua backpacking

Una historia real: cómo cambié mi mochila quechua por otra nueva un año después de comprarla y sin ticket

Cuando comencé a preparar mi viaje sin billete de vuelta pensé que era un buen momento para comprarme una mochila nueva. Mi antigua mochila, después de casi 10 años, todavía era (y es) funcional, pero la verdad es que me resultaba poco práctica.

Era una mochila tipo tubo, de las que no tienen abertura por la parte frontal y, por tanto, para llegar a lo que estaba en el fondo de ella había que sacar absolutamente todo lo que contenía. El resultado era que a los 3 días de viaje mi mochila ya era un caos total.

En esa época todavía no había descubierto los organizadores de equipaje; de haberlos conocido quizás no hubiese comprado una mochila nueva, pero sin ellos de verdad que me resultaba frustrante buscar algo en mi equipaje.

Por eso opté por comprarme una mochila más práctica, con una cremallera frontal para acceder fácilmente al interior y, ya que iba a estar un tiempo indefinido viajando, más ergonómica.

Pero como no me quería gastar un dineral, fui directa a Decathlon a por una mochila Quechua, que tienen buen precio y una fama aceptable (en cuanto a calidad). Lo que no esperaba es que esa mochila me duraría un suspiro... decepción total.

Pero, ¡sorpresa!; aún menos esperaba que Decathlon me fuese a cambiar esa mochila que tan mala me salió por una completamente nueva y diferente un año después y sin ticket de compra.

La mochila Quechua que duró un abrir y cerrar de ojos

La verdad es que la mochila Quechua protagonista de esta historia me empezó a dar problemas enseguida.

Como contaba, quería una más ergonómica que mi mochila antigua, así que opté por un modelo de estos que tienen una especie de hierros en el interior y en el que la espalda no toca directamente la superficie de la mochila, sino una porción de tejido que queda muy tenso y que supuestamente mejora la transpiración y amortigua el peso.

A parte de eso, tenía yo no sé cuantos puntos de apoyo e infinitas tiras para ajustar todas y cada una de las partes de la mochila.

mochila quechua

Con semejante presentación una piensa que esa mochila Quechua tiene que ser perfecta; 100% adaptable a cada persona. Pero en realidad, fue un epic fail total.

Al principio pensaba que era yo que no tenía ni idea y no me la estaba ajustando bien; pero el caso es que nunca llegué a llevarla cómoda del todo.

Parecía que los hierros del interior estuviesen algo descompensados, y daba la sensación de que siempre llevaba la mochila ligeramente ladeada o torcida, hiciera los ajustes que hiciera.

Unos 3 o 4 meses después de comprarla, justo al volver del viaje por el Sudeste Asiático y Australia, tras el vuelo mi mochila apareció con una cinta rota. Esta cinta permitía ajustar una especie de compartimento o bolsillo frontal externo que era muy práctico para poner los zapatos sucios, por ejemplo.

En ese momento pensé que la rotura era culpa de la brutalidad con la que a veces se trata el equipaje en los aeropuertos, porque con solo 3 o 4 meses de antigüedad, me parecía imposible que esa cinta, gruesa además, se rompiera así como así.

Pero no mucho tiempo después, preparándome para otro viaje, pude comprobar que seguramente no fue culpa de quienes manipularon mi equipaje en aquel vuelo, sino de la mala calidad de mi mochila Quechua, ya que a mí misma se me rompió una de las cintas de los laterales mientras la ajustaba.

Seguí utilizando mi mochila, que me acompañó en aventuras medio largas como, por ejemplo, el viaje a Cuba en 2017 y a varias escapadas breves, hasta que allá por octubre de ese año me harté.

Estaba preparando mi viaje a Islandia y al probármela, incluso sin peso, ya me parecía insoportable llevarla. Los hierros del mal estaban completamente torcidos, intenté enderezarlos y se me clavaban por todas partes... y llegué a la conclusión de que iba a ser imposible viajar con esa mochila a la espalda. A todo esto, la mochila tenía poco más de un año, con un uso regular pero no más intenso que el que le había dado a mi antigua mochila durante 10 años.

Con una mezcla de indignación, decepción y ya temiéndome que esa mochila Quechua prácticamente nueva iba a pasar a mejor vida, me puse a indagar y... ¡Tacháááán! Descubrí que supuestamente las mochilas Quechua tienen una garantía de 10 años.

Pero, ¿sería verdad o lo de 10 años de garantía sería puro marketing? ¿podría hacer las paces con Decathlon? ¿de verdad me cambiarían esa mochila que tan mala me había salido sin tan siquiera tener el recibo de compra?

La verdad es que no tenía ni la más mínima esperanza de volverme a casa con una mochila Quechua nueva, pero había que intentarlo.

La garantía de 10 años de las mochilas Quechua, ¿verdad o mentira?

Más de año y medio después ya no es que no tuviera el ticket o recibo de compra, es que ni me acordaba de con qué tarjeta lo había pagado...

Entonces, pensé que a lo mejor había utilizado la tarjeta de fidelización de Decathlon (esa con la que te dan puntos y cosas así al comprar en la tienda); así que entré por primera vez en mi vida a mi cuenta de Decathlon y... ¡bingo!

Al menos había una prueba de cuándo había comprado esa mochila Quechua; pero, aún así, me costaba creer que después de tanto tiempo fuese a servir de algo. La verdad es que todo lo que esperaba eran excusas tipo: esas roturas son por el uso, el maltrato de la mochila o algo por el estilo.

Así que con cero esperanzas y algo indignada, cogí mi amasijo de hierros con forma de mochila, con 2 o 3 cintas de menos y varias rozaduras, y puse rumbo a Decathlon.

Al llegar me dirigí directamente a atención al cliente y le expliqué toda la historia: cintas que se rompen a los 3 meses de uso, hierros torcidos, imposible llevarla a la espalda año y medio después, sin comprobante de compra, que había leído lo de la garantía de 10 años...

El chico que me atendió miró las cintas rotas, toqueteó los hierros del interior, comprobó en mi cuenta de Decathlon que efectivamente la había comprado yo y cuándo lo hice y, sin más, me dijo: Vale, déjamela por aquí y pasa dentro a elegir tu mochila nueva. Mi cara tuvo que ser un poema, en plan, ¿En serioooooo?

Mochila Quechua nueva: ¡ole por ti Decathlon!

Y así es como desde hace algo más de un año tengo una mochila Quechua nueva, con la que por cierto estoy súper contenta y con la que, a diferencia de la anterior, no he tenido el más mínimo problema.

Después de la tortura de los hierros torcidos preferí escoger una mochila más normalita, de las de toda la vida. Sin tejidos tensos que hacen que la mochila no toque directamente la espalda, sin hierros chungos ni nada por el estilo. Lo justo para que sea una mochila práctica (esta también se abre completamente por delante) y, sobre todo, cómoda.

Para colmo ese día me fui de Decathlon doblemente contenta porque, además de cumplir con lo que prometen y darme una mochila completamente nueva, el modelo que escogí era más económico que la mochila que tuve que cambiar; así que me llegó (y me sobró) para comprar otras cosas que necesitaba para Islandia, como un par de crampones, unos guantes y alguna cosilla más.

Así que sí, la garantía de 10 años de las mochilas Quechua es cierta y en Decathlon si comprueban que los daños son un problema de calidad o de fabricación de la mochila no ponen la más mínima pega para hacerla efectiva.

Algunos consejos si te compras una mochila Quechua (por si te pasara lo mismo)

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1. Si te compras una mochila Quechua y se te rompe, NO TE RESIGNES

Seguramente si hubiese sido una mochila más económica o no hubiese estado indignada por lo incómodos que eran los hierros; o de no haber tenido un viaje a la vuelta de la esquina y verme sin poder utilizar mi mochila, me habría resignado.

Habría asumido que mi mochila era una porquería, que había sido una mala inversión; quizás no habría vuelto a comprar nunca una mochila Quechua, y, o bien me tendría que haber gastado dinero en una mochila nueva, o bien habría tenido que volver a mi, tan poco práctica pero cómoda, antigua mochila con el rabo entre las patas.

Así que si te pasa, tu tampoco te resignes. Si crees que es un problema de calidad y/o de fabricación, si se te rompe o estropea tu mochila en menos de lo que canta un gallo y/o sin apenas haberle dado uso, ve a Decathlon y pregunta, porque si tienes razón te volverás a casa con el problema solucionado y sin tener que desembolsar más dinero.

Eso sí, ten en cuenta que la garantía de 10 años, hasta donde yo sé, solo se aplica a las mochilas Quechua, una marca propia de Decathlon. Para otras marcas imagino que el responsable será el fabricante y no Decathlon.

2. Hazte cuenta de cliente en Decathlon

Creo que "mi salvación" para que esta historia tuviera un final tan feliz para mi espalda y mi bolsillo fue el hecho de haber utilizado mi número de cliente/tarjeta de fidelización de Decathlon.

Como decía, después de tanto tiempo no tenía el ticket, pero es que el movimiento del pago tampoco aparecía ya en el registro online de mi banco.

Por tanto, si pagas con tarjeta de crédito o débito, pero sobre todo si pagas en efectivo, utiliza tu tarjeta de cliente de Decathlon, para que quede constancia de esa compra en el registro de la tienda. Así, si pasa mucho tiempo y/o tiras o pierdes el ticket de compra de tu mochila Quechua, todavía podrás demostrar cuándo la compraste.

Si no estás registrado en el programa de fidelización de Decathlon no te preocupes, lo puedes hacer en la misma tienda en el momento de realizar tu compra. Por supuesto, es totalmente gratuito.

Eso sí, pregúntale al dependiente o dependienta antes de pagar tu mochila, para que primero te dé de alta y así quede registro de esa compra en tu cuenta. También puedes registrarte directamente en la web de Decathlon.

3. No dejes de comprarte una mochila Quechua si te gusta o te conviene por su precio

Aunque después de lo que he contado pueda parecerte contradictorio este consejo, en realidad quiero que quede claro que no desaconsejo comprar una mochila Quechua, todo lo contrario.

Como decía, mi nueva mochila, la que cambié por la defectuosa, también es Quechua y me encanta. Ya tiene casi un año y medio y le he dado bastante uso (más que a la anterior que se me rompió), y de momento está en perfectas condiciones. Además es práctica y cómoda y, por lo que costaba (60-70€ creo recordar), está más que bien.

No sé si la anterior mochila me dio problemas porque justo me tocó una que no estaba bien hecha, si fue cosa de ese modelo concreto o qué, pero con el cambio he podido comprobar que no todas las mochilas Quechua son malas. Repito que la que tengo actualmente va genial.

Además, sabiendo que Decathlon realmente cumple con esa promesa de 10 años de garantía encuentro más conveniente si cabe adquirir una mochila Quechua, porque tienes la tranquilidad de que si te sale mala, te la cambiarán.

Con este último consejo simplemente quería ser justa con Decathlon, y que no quedara la impresión de que sus mochilas son malas o que no conviene comprarlas :).

¿Qué te ha parecido esta historia? ¿Has tenido algún problema similar con tu mochila de viaje? ¿Sabías de la existencia de esta garantía de 10 años para las mochilas Quechua?

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