A menudo cuando pensamos en vacaciones nos viene a la cabeza el calor, el mes de julio, agosto o cualquier otra cosa relacionada con el verano.
Sin embargo, en muchos destinos la época ideal para viajar recae fuera de la temporada estival; o, aun siendo un país o lugar apto para visitar en cualquier época del año, algunos periodos o estaciones diferentes al verano resultan ser especiales o mucho más convenientes.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con el otoño y Japón.
Si quieres hacer turismo en Tokio y otros rincones de la isla nipona, deberías considerar seriamente la época otoñal en tus planes de viaje.
Y es que, aunque se puede viajar al país en cualquier momento, durante esta estación del año Japón se convierte en un destino muy especial por diferentes motivos.
Motivos o particularidades que, aunque lógicamente siempre dependerá de los gustos y la disponibilidad para viajar de cada uno, con facilidad hacen que la balanza se incline hacia explorar el país durante los meses de septiembre a noviembre, en lugar de hacerlo durante los meses de vacaciones por excelencia (junio-agosto).
¿Quieres saber qué te encontrarás al viajar a Tokio en otoño y de lo que, en muchos casos, no podrías disfrutar si visitas Japón en otra época del año? ¡Vamos a ello!
Viajar a Tokio durante los meses de otoño

Como ya te adelantaba hay varios motivos que hacen que viajar a Japón en otoño sea algo realmente especial en comparación con otras épocas del año.
Es algo que va mucho más allá de si nos cuesta más caro o más barato que en otros meses; un aspecto (el económico) en el que muchas veces fundamentamos nuestra decisión de viajar fuera de los clásicos meses de verano o no.
Se trata de lo que nos ofrece este destino asiático durante la época otoñal, cuando suceden diversos acontecimientos que no encontramos en otros momentos del año. Estos son algunos de ellos.
Tokio a todo color
Durante el otoño, Tokio, y podríamos decir que todo Japón, se transforma visualmente.
Es el momento en el que se produce el cambio de color de las hojas de los árboles, un fenómeno que en el país a menudo se denomina como “momiji”.
Probablemente este fenómeno, que también se aprecia en otros países y zonas boscosas del mundo, es una de las cosas que más me gusta de viajar en la época otoñal.
Ese cambio en la coloración de las hojas, más o menos simultáneo pero, al mismo tiempo, algo heterogéneo, termina produciendo un juego de colores y tonalidades capaces de dejar boquiabierto a cualquiera.



Pero si siempre resulta llamativo y bonito ese contraste de colores de la naturaleza, en el caso de Japón alcanza su máximo nivel.
Mientras que en otros países como, por ejemplo, Alemania, las tonalidades suelen encontrarse en el rango de los ocres y amarillos, en Japón se produce un festival a todo color, con una gama de colores y tonalidades más amplia o variada; no solo amarillos y naranjas, sino también rojos y violetas que crean unas estampas realmente idílicas.
Algunos de los lugares de Tokio en los que puedes disfrutar del momiji durante el otoño son, por ejemplo, los jardines Koishikawa Korakuen o el jardín Rikugien, entre muchos otros.
Tokio en otoño: una época de festivales
Durante los meses otoñales se celebran numerosos festivales en todo Japón. Por ello, si te gusta disfrutar de la cultura y las tradiciones de los lugares que visitas, este es un motivo de peso para viajar a Tokio en otoño.
Tanto en septiembre como en octubre y noviembre tendrás posibilidad de disfrutar de diferentes festivales y festividades en esta ajetreada ciudad y sus alrededores.
El ya mencionado momiji adquiere todo su esplendor en Tokio durante el mes de noviembre, cuando muchos templos y parques realizan diferentes actividades para disfrutar de este festival natural del color en todo su esplendor.
Por ejemplo, en Tokio el jardín Rikugien, que mencionábamos más arriba, se ilumina a finales de noviembre para celebrar y resaltar la belleza de las hojas rojas que se apoderan de estos jardines durante el otoño.



Pero no solo se celebra el colorido de Japón en esta época del año. Otros festivales de los que puedes disfrutar en Tokio en otoño son el Kiku matsuri (festival del crisantemo), el Kichiōji Aki Matsuri (festival de otoño de Kichioji) o el Dream Yosakoi (festival de bailes), entre muchos otros que incluyen bailes tradicionales, puestos de comida, desfiles, música o ceremonias del té.
El agradable clima otoñal de Tokio
En cualquier viaje el clima es algo con lo que inevitablemente nos tocará lidiar y que, en mayor o menor medida, puede afectar a nuestros planes de viaje.
Como para casi todo en esta vida, lo mejor siempre sería un término medio: ni un calor excesivo que nos achicharre el cerebro ni un frío tremendo que nos impida disfrutar y movernos por los diferentes puntos que queramos visitar (sobre todo a la hora de realizar recorridos al aire libre).
Se podría decir que el otoño en Tokio, y en muchos otros rincones de Japón, cumple perfectamente esa búsqueda de un equilibrio en el clima, con unas temperaturas que, pudiendo ser mejores o peores según la suerte que tengamos, por lo general son agradables.
Mientras que durante el verano en Tokio nos encontramos con mucho calor y una humedad bochornosa, tanto en septiembre como en octubre y noviembre por lo general hay temperaturas que no nos suponen un problema para realizar recorridos por ciudades y parques.
Cierto es que, mientras que en septiembre los días aún son cálidos (alrededor de 23ºC), en noviembre suelen ser bastante más frescos (sobre los 16ºC); pero aún así, no se trata de un frío que nos impida disfrutar del viaje.
Sí cabe destacar que en septiembre y, en menor medida, las dos primeras semanas de octubre, existe la posibilidad de que aparezca algún tifón y hay mayor probabilidad de lluvia que en noviembre.



No obstante, es un poco de suerte o lotería (ya sabes, el tiempo es impredecible, puede que nos toque lluvia durante nuestro viaje o puede que no).
Basta con estar pendientes de las noticias y los avisos de la agencia meteorológica del país (información que en su web está disponible en inglés) y adaptarnos si nos coincide alguna lluvia o un tifón durante nuestra visita a Japón.
En cualquier caso, si quieres reducir esas posibilidades, ten en cuenta que el mes con mayor actividad en cuanto a tifones es septiembre y la primera quincena de octubre, mes en el que finaliza la temporada de tifones (que comienza en mayo).
Y ya, si quieres olvidarte casi totalmente de ello, siempre te quedará el precioso mes de noviembre para disfrutar de la temporada otoñal en Tokio.
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Ay, Zene, qué te voy a decir yo, que estuve en Japón en Octubre-Noviembre y fue un flechazo. Nos pillaron dos tifones, pero gracias a Dios lo recordamos como una anécdota divertida. A quien tenga oportunidad, que no se lo piense ni dos veces que seguro que se va a enamorar.