Se va notando el fresquete por toda España y las montañas empiezan a lucir sus mejores galas de invierno.
Antes incluso de que estas queden completamente cubiertas por un manto blanco, los aficionados a los deportes de nieve empiezan a contar los días para hacer escapadas invernales en las que practicar esquí o snowboard.
Tanto si vas a hacer tu primer viaje a la nieve como si eres repetidor pero inexperto, en este post encontrarás algunos consejos o aspectos a tener en cuenta que espero que te sean útiles para preparar tus próximas vacaciones de invierno.
Hotel con forfait ¿sí o no?
Decantarse por un hotel con forfait es una opción estupenda en diferentes circunstancias y por varios motivos.
En términos generales, te permitirá ahorrar tiempo y dinero, tanto durante la preparación de tu viaje como una vez estés disfrutando de la nieve.
Te facilitará la planificación de tu escapada si la gestionas tú mismo/a, ya que con una sola reserva dejarás finiquitados dos aspectos indispensables de un viaje a la nieve: el alojamiento y la logística básica para disfrutar de las instalaciones de la estación que quieras visitar.
Llevar contratado de antemano el forfait también te permitirá evitar muchas colas, algo especialmente conveniente si vas a hacer una escapada a la nieve en fin de semana, un puente o cualquier otro periodo de mucha afluencia.
Por otro lado, te ayudará a mantenerte dentro de tu presupuesto, ya que evitarás gastos con los que no contabas o sobrecostes de última hora.
Todos estos aspectos se intensifican si es tu primera vez en la nieve o no tienes mucha experiencia previa. Es decir, que optando por un pack de hotel y forfait todo te resultará más sencillo.

¿Comprar o alquilar el equipamiento para la nieve?
Si estás planificando tu primer viaje a la nieve lo lógico es que no cuentes con equipo propio.
De hecho, no es habitual comprarse el equipamiento necesario a menos que se practiquen deportes de invierno con bastante frecuencia.
Se trata de un material que no es barato y que, además, solo podremos utilizar durante una época muy específica del año.
Por ello, tanto para principiantes como para aficionados esporádicos, lo mejor es alquilar el equipamiento para los días que vamos a dedicar a practicar esquí o snowboard.
Podrás alquilar el equipamiento completo o solo parte de él. Ya sea porque te lo has comprado o porque te lo han prestado, si tienes, por ejemplo, las botas y el casco, solo tendrás que alquilar el resto del equipo.
Si ves que te gusta mucho y empiezas a ser un asiduo de las escapadas a la nieve para practicar esquí o snowboard, entonces quizá merezca la pena ir adquiriendo tu equipo poco a poco.
Suele ser interesante optar por material de segunda mano, sobre todo para aquellos elementos del equipamiento que salen más caros.
En cualquier caso, no hay duda de que si estás empezando o no estás seguro de la frecuencia con la que harás viajes de esquí o snowboard, lo mejor es alquilar el equipamiento y listo.
Madrugar es un must do
Aunque pueda rechinarte la combinación vacaciones-madrugar, en un viaje a la nieve es muy recomendable empezar el día temprano.
Podrás disfrutar de las pistas con mucha menos gente, e incluso estrenarlas cuando están lisas e impolutas si subes en el primer remonte de la mañana, lo cual es una gozada.
Si sale un buen día, madrugando también te asegurarás de disfrutar el mayor tiempo posible sobre la nieve.

En invierno y a alturas elevadas, el tiempo puede cambiar de un momento a otro. Es decir, que igual amanece un día precioso y antes de que llegue la tarde las condiciones meteorológicas se vuelven adversas.
Así, si madrugas, aunque el día se ponga feo, habrás podido disfrutar de las primeras horas haciendo esquí o snowboard.
No te exijas demasiado si es tu primera vez
La primera vez que hice un viaje a la nieve, concretamente para hacer snowboard, me advirtieron de que iba a terminar machacada, ¡y qué razón tenían!
El esquí y el snowboard son deportes súper emocionantes (o al menos a mí me lo parecen) y, en cuanto le coges el truquillo, resultan bastante agradecidos. Es decir, que no necesitas días y días de aprendizaje para empezar a disfrutar a tope.
En general, con unas pocas pautas básicas basta para soltarte y sentir que vuelas sobre la nieve. Eso sí, alguna que otra caída de vez en cuando es inevitable, claro.
Esto hace que sea fácil emocionarse y darse más caña de la cuenta, algo que suele pasar factura al día siguiente, cuando te duelen hasta las pestañitas.

Así que si eres novato o primerizo, te recomendaría, por un lado, no dejarte llevar por la emoción y exigirte demasiado desde el primer día; y, por otro lado, planificar un poco los días que pasarás en la nieve.
Por ejemplo, si vas a pasar una semana completa en la nieve, distribuye los días que quieras esquiar o hacer snowboard dejando algún día de descanso por medio.
Así te darás tiempo para recuperarte del esfuerzo y el cansancio.
Los días que dejes de descanso puedes disfrutar del hotel y sus instalaciones, visitar localidades cercanas o hacer actividades físicamente menos demandantes, como un poco de esquí de fondo relajado o un paseo tranquilo para disfrutar de los paisajes blancos que nos regala esta época del año.