En época estival gran parte de los españoles, así como muchos viajeros de todo el mundo, empezamos a preparar las maletas para disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Y ante la llegada inminente de nuestros días de viajes y descanso veraniego, nos hacemos listas de tareas pendientes: imprimir tarjetas de embarque, renovar el pasaporte, comprar protector solar...; y de cosas que no queremos dejarnos atrás cuando nos dispongamos a preparar el equipaje: mi bañador preferido, entretenimiento para el vuelo, chanclas para la playa...
Pero, te propongo algo...¿porqué no hacemos juntos una lista de cosas que sí deberíamos dejar atrás? Concretamente en el baúl de las prácticas y malas costumbres que no queremos recuperar.
¿Y qué te parecería si empezamos aplicando esta lista este mismo verano y lo prolongamos a todos los veranos que están por venir? ¿Te apuntas?
La lista más importante para este verano
Antes de empezar, me gustaría decirte algo que para mí es importante. No quiero que te sientas avergonzado, ofendido o señalado si crees que hasta ahora has tenido algún comportamiento (e incluso todos) de los que aparecen en esta lista.
Dar lecciones de moral, y menos sin mirar atrás, no es para nada correcto, y, por supuesto, no es lo que se pretende con este post.
Nadie nace sabiendo, y el viajero que te diga que nunca jamás ha metido la pata en lo que a turismo sostenible o responsable se refiere, seguramente miente (a propósito o inconscientemente).
Por ello, insisto, no debes sentirte mal o acusado si a continuación ves que incurres en algún comportamiento que destacaré como incorrecto o a evitar estas vacaciones (y las venideras).
Errar es humano. Pero si utilizamos la expresión latina al completo, añadimos algo muy importante a tener en cuenta: Errare humanum est, sed perseverare diabolicum – que significa, "Errar es humano, pero perseverar (en el error) es diabólico".
Es decir, no pasa nada si hemos cometido fallos que no concebíamos como tal o que no pensábamos que tuviesen gran impacto negativo; todos lo hemos hecho en algún momento.
Pero una vez somos conscientes de que estamos poniendo en práctica actos o costumbres nocivas que pueden ser minimizadas o reemplazadas por otras menos dañinas e incluso inocuas; si no hacemos nada, entonces no podemos escapar a la culpa; no tendremos excusa.
Así que (siguiendo con las expresiones "de toda la vida") como rectificar es de sabios, te propongo que todos pongamos en práctica esta lista y ganemos infinito en sabiduría este verano ;).
Los comportamientos a evitar en verano (... y todos los días del año)
1. Las estrellas de mar... ¡en el agua, por favor!
Empiezo con este punto porque, estando en pleno verano, lo que toca son días de playa, snorkel y buceo; y porque, lamentablemente, este comportamiento, en lugar de disminuir, parece aumentar.

Basta con una rápida búsqueda en Instagram para comprobar que muchos viajeros tienen la costumbre de hacerse fotos posando en playas idílicas con una estrella de mar en las manos.
Sin embargo, nunca debemos sacar las estrellas de mar de su medio natural, el agua; ya que este comportamiento puede ocasionarles la muerte por asfixia en cuestión de unos pocos minutos.
Además, toquetearlas y sacarlas y meterlas repetidamente del agua también puede ocasionarles gran estrés, que no solo puede causarles sufrimiento momentáneo, sino que puede derivar en su muerte, directa o indirectamente.
Estas son solo dos razones (más que suficientes en realidad) por las que nunca se debe tocar ni sacar del agua a estos animales, pero lo cierto es que hay otros motivos de peso que muchas veces no tenemos en cuenta.
Si quieres conocerlos y terminar de convencerte para eliminar del todo este comportamiento, échale un vistazo a este otro post.
Y por si no te apetece ampliar información ni te he convencido solo con estas dos razones para evitar este comportamiento durante el verano (y siempre que te encuentres con una estrella de mar), te lanzo una preguntilla para reflexionar:
Si tan fascinantes y bellas nos parecen, ¿realmente merece la pena sacrificarlas por una simple fotografía o por saciar nuestra curiosidad?
2. No perturbes la naturaleza
La fauna silvestre no siempre se manifiesta ante nosotros. A veces está, pero no lo parece, y no es raro que a nosotros se nos olvide y demos rienda suelta a comportamientos que deberíamos evitar si realmente queremos ser turistas responsables.



Los gritos y escandaleras, salirnos de los senderos en los lugares donde están correctamente señalizados, tirar basura, romper la vegetación para llevarnos una flor que morirá antes de que acabemos nuestra ruta; espantar, tratar de atrapar o toquetear forzadamente posibles animalillos que sí nos regalen la oportunidad de observarlos... Todo ello debemos evitarlo.
De no hacerlo estaremos perturbando ese espacio natural y a los animales que habitan en él.
Además, ¿sabes qué?; suprimiendo esos comportamientos se disfruta muchísimo más. Si no gritas ni formas barullo, no espantarás a los animales y, además de poder escuchar a muchos de ellos, la posibilidad de observarlos aumentará enormemente.
3. No compres fauna disecada
Durante el verano no es para nada raro encontrarnos en tiendecitas a pie de playa, mercadillos de paseos marítimos y similares, la típica cesta con estrellas de mar, peces globos y otros especímenes marinos disecados.



Tampoco es raro encontrarlos, independientemente de la época del año, en multitud de países o destinos de costa.
Si realmente quieres ser un viajero responsable, olvídate de comprar animales disecados como souvenir. Puede que pienses que qué más dará si el bicho ya está muerto; o que si no lo compras tú, lo compra el que viene detrás.
Pero ante esos pensamientos que puedan tentarte, recuérdate a ti mismo que “si se acaba la demanda, se acaba la oferta”; o, dicho de otra manera, si no lo compras, ese vendedor deja de sacarle beneficio y deja de vender ese “producto”.
Por el contrario, si contribuimos a que se lucre con la venta de esos animales disecados, tan pronto como venda su stock, irá a por más; ¿y de donde vienen? - del mar. De la vida a la muerte para acabar como mera decoración.
Además, no nos engañemos, la mayor parte de estos animales disecados tienen un aspecto lamentable, por lo que seguro que acaba más pronto que tarde en un cajón olvidado u oculto.
¡Así que no dejes que te tienten! Contémplalos vivitos y coleando en su medio natural que son infinitamente más bellos.
4. No plantes los pies en los arrecifes de coral
¿Sabías que hay corales que crecen un escaso centímetro al año? ¡Un centímetro!



Ahora imagina la de años y años que han debido pasar para que se formen esas impresionantes barreras coralinas capaces de cortarnos la respiración con su belleza.
Ante semejante lentitud de crecimiento, pisar y romper un coral es sin lugar a duda algo dramático. Con solo un pisotón podemos destruir años de desarrollo, además de dañar irreversiblemente e incluso acabar por completo esa vida marina sobre la que hemos puesto los pies.
Por eso es muy importante que si este verano vas a practicar snorkel recuerdes no pisar o ponerte en pie sobre los arrecifes que visites.
Puede que parezcan “meras piedras o plantas de colores”, pero en realidad son seres vivos (en el caso de los corales, por sorprendente que parezca, concretamente son animales) que, además de ser preciosos, son importantísimos para los ecosistemas marinos y la salud de nuestros mares y océanos.
¿Quieres conocer otras precauciones importantes a tener en cuenta? En este post sobre los arrecifes de coral podrás encontrarlas junto a diferentes propuestas para minimizar tu impacto al practicar snorkel o buceo en estos ecosistemas marinos.
5. Evita contribuir al turismo de masas
Los meses de verano constituyen una de las temporadas con más trasiego de turistas, especialmente en el mes de agosto y, aunque no exclusivamente, en los destinos de sol y playa.
Esta “coordinación” no pactada entre turistas de todo el mundo para irse de vacaciones en el mismo periodo del año y a los mismos destinos hace que podamos vernos inmersos y que seamos partícipes, voluntaria o involuntariamente, del turismo de masas.



Si las vacaciones nos toca cogerlas sí o sí durante los meses de verano, algunas estrategias, tanto para evitar vernos absorbidos por el turismo de masas como para no ser partícipes de él, son, por ejemplo, elegir destinos poco frecuentes o menos visitados y planificar una ruta que se salga de los enclaves más turísticos y famosos.
Si tenemos la posibilidad de viajar en octubre, noviembre o diciembre, será mejor posponer nuestras vacaciones a esos meses.
Así, no contribuiremos a masificar los destinos y atractivos turísticos, gastaremos menos dinero (ya que muchos servicios se abaratan tras la temporada alta) y disfrutaremos mucho más de la experiencia.
6. No expolies las conchas de la playa
Recoger conchas a orillas del mar es entre terapéutico y adictivo. Empiezas por una que te llama la atención, y como te descuides estás buscando un bote para guardar todas esas conchas y piedrecitas, tantas que ya no te caben en las manos.



Es también un entretenimiento y un remedio contra el aburrimiento. Una conchita por aquí, otra por allá; ¡Uy!, y mira esta que es naranja, y esta otra, que tiene un agujero perfecto para hacerme un collar...
Pero más allá de todo eso, volverse loco/a a recoger conchas y piedras es un expolio en toda regla. Si cogemos una concha, siempre pensamos que no pasa nada; la playa no cambia por una concha.
La cuestión es que somos tantas las personas que tal vez pasamos por esa playa y tantas las que se llevan una concha porque no pasa nada, que al final se termina por alterar el equilibrio e incluso por modificar por completo el aspecto del lugar.
Además, reconozcámoslo. ¿Cuántos de los que nos hemos llevado una concha de alguna playa le hemos dado un uso justificado?... Cri cri, cri cri...
A la playa lo que es de la playa, y para nosotros los buenos ratos que nos regala, que con eso nos basta. Así que este verano entretente observando y curioseando las conchas que el mar arrastra hasta la orilla, pero déjalas en su sitio cuando vuelvas a casa.
7. A la hora de preparar tus vacaciones, no compres lo que no necesitas
A veces, ante la llegada inminente de un viaje, cortocircuitamos un poco... De repente nos parece que nos falta de todo y nos lanzamos sin pensarlo “de compras para el viaje”.



Según el destino es importante ir bien equipado, pero, 4 o 5 bañadores para una semana en la playa, no necesitamos ninguno, ¿a que no?
Aunque no la única, la ropa es una de las mayores trampas. Estoy segura de que no hay viajero ni viajera que no haya estrenado una prenda de ropa comprada exclusivamente para un viaje.
Incluso, estoy segura de que entre todos nosotros, amantes de los viajes, hay un alto porcentaje que, en algún momento, nos hemos llevado en la maleta una pieza de ropa con etiqueta y la hemos traído de regreso a casa tal cual; sin estrenar.
Moraleja: No necesitábamos en absoluto comprar esa prenda.
Evitar el consumismo exacerbado, el comprar por comprar, es otra medida fantástica que empezar a poner en práctica estas vacaciones de verano y, una vez comencemos, aprovechar para aplicarlo a lo largo de todo el año.
Al fin y al cabo, fabricar todos esos productos consume recursos y crea residuos, tanto durante su producción como cuando los desechamos definitivamente. Por tanto, es importante que no consumamos más de lo que realmente necesitamos.
Así que, si tienes un viaje a la vista, revisa bien todos tus armarios para ver qué te hace falta comprar realmente y qué no; con qué puedes hacerte un apaño temporal e incluso, si es algo que vas a utilizar solo para ese viaje y que luego probablemente no utilizarás más, qué puedes pedir prestado a amigos y familiares.
¿Qué te ha parecido esta lista? ¿Qué otras malas costumbres a evitar añadirías tú para que todos/as seamos viajeros más sostenibles este verano? ¡Exprésate en los comentarios!
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